George Kaplan o la metaficción teatral

Fotos: Rubén Romero

En su segunda función en Mérida, el DramaFest 2016 presentó la obra “George Kaplan”, con autoría de Frédéric Sonntag (Francia) y dirección de Raquel Araujo (Yucatán), donde artistas tanto del país como del estado (ambos invitados de la quinta edición del festival), colaboraron para la puesta en escena, misma que pudimos ver el sábado 2 de septiembre en el Teatro Libertad, ante una sala llena de público que atiborró el lugar.

George Kaplan es un persona ficticio que apareció originalmente en el film North by northwest en 1959, dirigido por Alfred Hitchcock, en el cual el personaje interpretado por Cary Grant es confundido por un agente secreto del gobierno de los Estados Unidos que responde al nombre de Kaplan. Esta trama sirve de excusa al dramaturgo Sonntag para extrapolar al personaje de una manera metaficcional, trasladándolo del cine al teatro.
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La obra, cuya estructura está compuesta de tres episodios o fragmentos continuos, primera nos muestra a un grupo de activistas jóvenes que se propone demostrar lo arbitrario y lo decadente de la cultura occidental. Aquí, los personajes aparecen encerrados en sí mismos tanto física como metafóricamente, ya que se encuentran rodeados por una especie de cámara Gesell donde los espectadores pueden observar las acciones tan sólo separados por unas paredes de vidrio (dentro de las cuales se encuentran colocadas unas cámaras de video que transmiten a través de un circuito cerrado), con unos monitores que se encuentran alineados al fondo, dentro de la propia escenografía.

En el segundo segmento, los mismos actores interpretan a otros personajes, a un grupo de guionistas que discute acerca de cómo elaborar un texto que sea convincente para evidenciar que existe una conspiración global de gran escala, en la cual la economía y la política juegan el papel más importante, pero encontrando siempre pistas que nos llevan a un enigmático nombre: George Kaplan. La ironía y el humor absurdo no están exentos de aparecer, pues incluso uno de ellos se obsesiona con la idea de que una gallina podría salvar el mundo.20160902_211001

En el tercer acto nos presentan a un grupúsculo de personas encumbradas, directivos o políticos que detentan el poder mundial tras bambalinas, quienes mueven los hilos detrás para garantizar que el statu quo tanto social como económico se mantenga imperturbable, equilibrando la balanza de acuerdo a sus propios intereses, como una especie de terrorismo como estrategia de estado que sin duda nos resultará familiar. Sus maquiavélicos planes son garabateados en las paredes de su cuartel general.

Los tres cuadros escénicos -que no actos- contienen claras resonancias y vasos comunicantes entre sí, provocando que nos veamos reflejados en el interesante y dramático juego de poder, donde las relaciones humanas son parte de un estira y afloja de la geopolítica transnacional de la cual todos somos parte. Entretanto, ese ominoso nombre continúa apareciendo y lanzándonos la pregunta, ¿quién es George Kaplan?20160902_221039

Por toda respuesta, uno podría pensar que tal vez todos los somos. Esa parece ser la intención del montaje, donde el público también se sienta en el escenario y rodea la escenografía cúbica. De hecho, los propios monitores no sólo nos muestran el interior de las acciones desde diversos ángulos -en un claro afán panóptico-, sino que también nos bombardea con imágenes mediáticas que sobrecargan nuestros sentidos, intentando decirnos que debemos mirar hacia dentro de nuestra humanidad y, una vez ahí, abrir los ojos y atreverse a atisbar lo que hay hacia fuera.

El elenco fue conformado por Richard Viqueira, Verónica Bravo, Roldán Ramírez, Francisco Barreiro y Cecilia Ramírez Romo, cuyo ensamble coral se complementó adecuadamente, dando la oportunidad a cada triada de personajes brillar sobre las tablas, interpretando sin duda un teatro nada sencillo que exige del espectador que ponga sensibilidad e intelecto al servicio de lo presenciado, so pena de no poder entender el mundo desde la oscura sala de un recinto escénico. Teatro contemporáneo en su máxima expresión.

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