El “Engranaje” poético de Jorge Yam

 

“La poesía se toma de un solo trago”. Jorge Yam

Engranaje es la más reciente obra poética del escritor Jorge Yam, originario de Bacalar, Quintana Roo (1980). Anteriormente publicó la plaquette Las fases de la luna (Editorial Nave de Papel).  Ha sido incluido en diferentes antologías poéticas. Ha publicado parte de su obra en diversas revistas y periódicos de su estado. También ganó el segundo lugar de los Juegos Florales de Yucatán. El libro consta de cuatro secciones: Política impura, Fondo azul, Destellos y Engranaje.

En Política impura nos encontramos con poemas que nos muestran la preocupación social y política del autor. Con sólo leer el título nos recuerda lo que ya sabemos: que no hay pureza ni transparencia en la política. Quién no ha escuchado que La poesía es un arma cargada de futuro (cito al español Gabriel Celaya); y así lo cree Jorge Yam, por eso los versos de cada uno de los poemas de este apartado son como balas con miras a incrustarse y sacudir ese blanco, el de la política: “…la poesía dispare letra a letra a quemarropa / y las palabras se vuelvan proyectiles”, “…balas que incrustan una sola idea / que nunca se esconde / en frases como disparos, / en armas como versos”. El poeta pone el dedo en la herida, y lo hace para recordarnos la realidad por la que marcha el país -el nuestro, en el que nunca pasa nada-: “en este país las flores se dicen / con la voz de nuestros muertos”.

Fondo azul se centra en el acto de escribir. Sobre las dudas que surgen en el ejercicio escritural, el sujeto lírico del autor se pregunta: “¿Qué hago aquí, / jugando a ser escritor //…con el reloj / lacerando mis ganas de escribir?”; y dice “Mis ojos reflejan / la oscuridad de mis dudas //…Soy pecador y quizás poeta”. Ante la preocupación por quedarse sin nada que decir y el miedo al bloqueo creativo, indica: “La poesía brinca entre mis dedos / como resultado de las imperfecciones / de no escribir nada”, “…letras empolvadas / que cubren mi silencio: // ese silencio de escribir / ya nada”. Pero más adelante el sujeto lírico, el poeta, se sobrepone, toma al toro por los cuernos y expresa: “Me levanto y zarpo / en el barco de la poesía”.

El azul parece jugar un  papel importante en el oficio del poeta, así como lo son las aguas color turquesa del mar de Cancún para el turismo mexicano; color que está acostumbrado a contemplar y que también encuentra cuando voltea los ojos hacia el cielo. Es un fondo azul en el cual, Yam, escribe su obra. También en esta sección el autor evoca su infancia. Retorna a ese pasado que huele a vino en la cava de su memoria, para encontrar, quizás, el momento en que el germen de la poesía fue sembrada en él:

Cada hoja es una historia

donde la abuela está

regando letras con consejos y regaños.

El cauce de la tinta florece a destiempo.

            En la tercera sección del libro, Destellos, el poeta nos habla desde el lenguaje del haikú. Observador de la naturaleza, el autor nos entrega su visión compacta del mundo. Desde esta poesía breve, tradicional del Japón, emite vivos destellos de luz que iluminan nuestra mente para encontrar el paisaje atrapado en las 17 sílabas (5, 7, 5). Aquí una muestra de los cuadros que nos ofrece Yam en sus haikús:

Emprende el vuelo

la caprichosa hoja,

ya es mariposa.

Jorge Yam, el autor del poemario

            La última parte es la que da nombre al libro: Engranaje. En los poemas está presente el placer y la muerte. Eros y Tánatos son piezas que se engranan en un abrazo para la creación de los poemas. Placer y goce, dolor y sufrimiento florecen en los versos. Como ejemplo transcribo un fragmento del poema PIEL:

Hoy decido darme tu cuerpo,

lo quiero,

necesito ponerle sabor

a esa piel insípida.

Déjame comer de él

hasta llenarme

de tus poros.

Ya muerto

aléjate de mí.

Me envenenas.

El autor encaja cada pieza del libro en su sitio, de tal forma que su maquinaria poética funcione correctamente. Explora con ella varias facetas de la poesía: primero la social, después la poesía confesional o de la experiencia, luego agudiza sus sentidos tal como lo hace un haijin (poeta dedicado al haikú) y, para finalizar, se coloca entre la poesía oscura y la erótica.

He aquí Engranaje del poeta Jorge Yam, un libro que indudablemente sacudirá alguna pieza en el lector. Será difícil no sentirse identificado con, por lo menos, alguna de sus partes. Será una aventura seguir su recorrido. ¡Salud!

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