El parentesco literario de “Púrpura encendida”

En su columna, Óscar Muñoz comenta los paralelismos literarios entre las novelas "Músico de cortesanas", de Eusebio Ruvalcaba, y "Púrpura encendida", de Aída López Sosa, cuyo libro de reciente publicación, es reseñado aquí realizando un símil entre ambas tramas con singulares coincidencias...

A fines de agosto fue presentada la novela “Púrpura encendida”, escrita por Aída López Sosa. La novela da cuenta de los acontecimientos familiares, sociales y culturales que rodearon al poeta Ricardo López Méndez, quien, además de escritor, fue periodista y locutor, y socio fundador de la Sociedad de Autores y Compositores de México. “El Vate” López Méndez, llamado así por considerar que era el poeta que predice el futuro y canta la memoria de un pueblo, no sólo creó poemas sino también escribió textos que fueron musicalizados por distintos compositores, como Guty Cárdenas o Ricardo Palmerín.

Cabe destacar que la autora de la novela referida a Ricardo López Méndez tiene un parentesco familiar muy cercano con el personaje central de la historia: es la sobrina nieta de “El Vate”. Y sí, Aída López, más que su sobrina nieta, fue como la nieta que el poeta nunca tendría. Y el parentesco se hace aún más estrecho al escribir esta novela sobre el escritor. Es decir, parentesco familiar y literario. Todo queda en familia: la voz narradora de la protagonista y la vida narrada del personaje central: la sobrina nieta que relata los sucesos que enfrentó el tío abuelo. He aquí un doble parentesco, el de los hechos de la realidad y el de los acontecimientos novelados: vínculos exteriores e interiores.

Además de estos parentescos internos y externos de la novela de Aída López, la historia tiene otro tipo de parentesco, un vínculo más estrictamente literario: su familiaridad con una novela de Eusebio Ruvalcaba titulada Músico de cortesanas. En este caso, al igual que el parentesco netamente familiar entre la escritora Aída López y su tío abuelo “El Vate” López, el autor de esta novela tiene un vínculo familiar estrecho con el personaje principal del libro de Eusebio, quien representa a su padre. En efecto, el protagonista de la novela de Ruvalcaba es su padre, aunque no exactamente.

En la historia de Ruvalcaba, en lugar de que aparezca Higinio Ruvalcaba, nombre auténtico de su padre, es Ricardo Espadas, un personaje que lo representa. Otra contrariedad está en el hecho de que el personaje Espadas nace en Mérida, Yucatán, y estudia piano en esta ciudad, en tanto que Ruvalcaba nació realmente en Yahualisca, Jalisco, y estudia violín en esta localidad.

Sin embargo, el parentesco literario entre las novelas de Aída y Eusebio surge cuando, en una y otra historia, los personajes se van de sus lugares de origen hacia la ciudad de México para cumplir sus anhelos de desarrollar con mayor intensidad y extensión sus distintas inquietudes: en uno, la literatura y, en el otro, la música.

Ambos personajes, el de Púrpura encendida y el de Músico de cortesanas, además de que nacieron en años muy cercanos: Ricardo, en 1903, e Higinio, en 1905, uno y otro crecieron primeramente en un ambiente provinciano y posteriormente en una atmósfera capitalina. En consecuencia, tanto Ricardo como Higinio abrevaron con intensidad la cultura de las décadas desde los años veinte hasta los años cincuenta de la Ciudad de México: ambos seguramente coincidieron en los diversos sitios donde se manifestaban las distintas expresiones artísticas, especialmente la música y la literatura.

Loreto Villanueva, secretaria de cultura y la autora, durante la presentación del libro.

A pesar de otras familiaridades que se pueden encontrar entre los protagonistas de las novelas, escritas por parentelas propias, aunque en distintos tiempos (la de Aída, publicada en 2024 y la de Eusebio, en 1993, poco más de 30 años antes), es relevante destacar que mientras Ricardo López representa a Ricardo López en la novela de Aída, Higinio Ruvalcaba es Ricardo Espadas, que lo representa en la historia. ¿Por qué Espadas y no Ruvalcaba? Porque en Mérida no hay Ruvalcaba sino Espadas, y porque la verosimilitud se lo exigió a Eusebio, que quiso ubicar al protagonista en la capital de Yucatán y no en la de Jalisco.

Nadie dudaría que uno y otro protagonista convivieron en los mismos ambientes culturales y convinieron con diversos grupos artísticos de la época. Uno con los escritores de la época y el otro con los músicos de la talla de Silvestre Revueltas o Blas Galindo; el primero con poetas y compositores el segundo con músicos compositores, todos pertenecientes al modernismo y al nacionalismo. Por otra parte, en este mismo ambiente, coexistieron con personalidades populares, aunque todos relacionados con el arte y la bohemia, como Agustín Lara, “El Indio” Fernández, Diego Rivera y muchos más. Obviamente que esta atmósfera que les rodeó configuraron su carácter y su consolidaron su expresión artística, tanto a “El Vate” López Méndez como a Higinio Ruvalcaba.

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