Batman, la serie animada: 25 aniversario

Tengo un murciélago en mi sótano… 

Este septiembre se han cumplido 25 años del estreno de Batman: The Animated Series, que en 1992 lo cambió todo. Elevó los estándares de los que se podía esperar en las series animadas de acción, influyó en los mismos cómics en los que se inspiraba, dio inicio al DC Animated Universe (un antecedente del Marvel Cinematic Universe) y creó un producto que ha sido difícil de superar en estas dos décadas y media.

Creada por Paul Dini y Bruce Timm, quienes antes habían trabajado en Tiny Toons y Animaniacs para Warner Brothers (extraño antecedente), la serie animada de Batman recuperó la estética art decó de los cortometrajes animados de los Fleischer, con un toque gótico sin precedentes en la animación para TV (fue la primera serie animada dibujada sobre fondos negros). A ello añadió una pizca de la revolución estética que significaron las dos películas de Tim Burton (sobre todo la música de Danny Elfman), mientras al mismo tiempo recuperaba la esencia noir de los cómics policíacos originales. El resultado fue la que quizá ha sido la mejor encarnación de Batman, dentro y fuera de las viñetas.

Mientras escribo estas líneas me transporto de inmediato a mi niñez. Entre la salida de la escuela y el entrenamiento de deportes por las tardes, tenía la oportunidad de ver un capítulo de Batman en Canal 5. La emoción iniciaba desde que el símbolo de la WB se convertía en los reflectores de un dirigible de la policía flotando sobre Ciudad Gótica. Luego venía la explosión e iniciaba el heroico tema compuesto por Elfman. Los criminales escapaban por los callejones y los tejados. Entonces surgía Batman, la justicia hecha sombras, el bien salido de una pesadilla… ¿Notan el miedo en los ojos de los delincuentes? ¿El sobresalto cuando aparece el Murciélago frente a ellos? Los despacha en segundos, y al final, con el relámpago que estalla a sus espaldas, Batman reina sobre el paisaje urbano: la ciudad tiene un protector.

Mucho se ha escrito estos días acerca de la grandeza de la serie. Yo quiero reparar solamente en tres aspectos que tienen para mí un gran valor personal, y que hacen de Batman una de mis series más queridas:

1.- Ese equilibrio entre la oscuridad y el heroísmo. Las adaptaciones de Batman, las mismas historias en los cómics, han fluctuado entre la sordidez excesiva y la ligereza chabacana. Ejemplo de lo segundo es la serie con Adam West de los 60 (que también es un hito, se diga lo que se diga), o las profanaciones perpetradas por Joel Schumacher en acción viva. Por otro lado, algo que me ha llegado a cansar en los cómics del Encapotado es que llegan a ser oscuros en exceso. La cantidad de muertes que ocurren en Ciudad Gótica dejan a Batman como un héroe ineficiente, que a lo mucho puede capturar al villano, pero sólo después de que éste ha cometido una masacre horrible, y todo para que vuelva a escapar apenas los editores lo decidan.

Batman: The Animated Series alcanzó un equilibrio perfecto entre la oscuridad y tragedia que por un lado son la marca del personaje, y el heroísmo y la esperanza que, por otro, son lo que buscamos en las historias de superhéroes. Estaba dirigida a los niños, así que no había sangre en pantalla, pero estaba claro que la muerte era un peligro real. A diferencia de otras series contemporáneas (X-Men, Spider-Man), en Batman los criminales usaban armas reales que disparaban balas. Este enfoque alcanzó su cenit con la excelente Mask of the Phantom, el largometraje animado que se encontraba entre las dos encarnaciones de la serie y que es considerada por muchos como la mejor película del Caballero de la Noche.

2.- El doblaje. Amo el doblaje mexicano, pero creo que quizá este trabajo realizado en Venezuela es lo mejor que se ha hecho en lengua española. Era simplemente perfecto, adecuado al tono del programa. Se ha hablado poco de ello, así que quiero reconocer a los actores y actrices que le dieron voz a esos memorables personajes: Jesús Seijas fue la voz de Batman en las primeras temporadas, pero quizá recuerden más a Framk Maneiro, pues él completó la serie y repitió el rol en Batman Beyond y Justice League. El gran Rubén León merece un lugar en el panteón de los Jokers junto a Jack Nicholson, Heath Ledger y Mark Hamill (no pueden perdérselo leyendo estas líneas de La broma fatal). Y claro, la hermosa, sensual y delirante voz de Elena Prieto como Harley Quinn (si quieren una rareza, escúchenla en la banda de rock progresivo que tenía en los 80).

3.- Por último, quiero hablar de algo muy específico, un episodio en particular: Tengo un murciélago en mi sótano, el vigésimo capítulo de la primera temporada. En esta ocasión un niño de 11 o 12 años esconde a un Batman noqueado en el sótano de su casa, mientras el Pingüino está en su búsqueda. En los últimos años he leído críticas muy crueles contra este episodio, al que acusan de ser excesivamente infantil, como si hubiera convertido a la serie en una entrega más de Mi pobre angelito.

Yo veo y vuelvo a ver este capítulo y me sigue pareciendo estupendo. Creo que los que lo critican lo hacen desde el cinismo que les ha dejado la vida a los más de 30 años, ya que olvidan cómo fue verlo cuando teníamos la misma edad de Sherman, el joven protagonista de la historia. ¿Qué niño no ha tenido la fantasía de salvar la vida de su superhéroe favorito para ayudarlo a vencer a los villanos? Tengo un murciélago en mi sótano nos permitió vivir un poco esa fantasía y aún los ojos me brillan al recordarlo (además, Sherman era un chico nerdoso, como el lector de cómic promedio, su seguro servidor incluido). La excelencia y la importancia de Batman: The Animated Series dan para muchos párrafos. Hoy sólo quería expresar mi amor por esa maravillosa obra que marcó a los niños de los 90 y que nos hizo soñar con tener murciélagos en el sótano.

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