Fell, una novela gráfica de Warren Ellis y Ben Templesmith

La novela gráfica incrementó su popularidad en los últimos años gracias a la madurez que alcanzaron las historias, el realismo y la perspectiva actual que imprimieron argumentistas y dibujantes al mundo del cómic. Este género dejó atrás esa visión blanco y negro del mundo para entregarnos narraciones centradas en posturas antagónicas bien argumentadas, rompiendo así el binomio bueno/malo que prevalecía en las historietas.

Un ejemplo de esta madurez en los cómics es la serie Fell del escritor Warren Ellis y el ilustrador Ben Templesmith, quien cuenta la historia de un recién transferido detective de homicidios, Richard Fell, a Snowtown, una ciudad salvaje cuyos servicios básicos están rotos, sin abastecimiento de alimentos y con índices de violencia que sobrepasan cualquier estadística, habitada por ciudadanos violentos, prófugos o desesperados por sobrevivir.

Lo interesante de esta serie es la visión de ciudad, no como un conjunto de bloques de concreto, leyes e infraestructura, sino como una zona en donde las personas sobreviven gracias a un conjunto de supersticiones que hacen del lugar un ser vivo. Los habitantes de Snowtown pintan con aerosol una S gigante que han tachado como una forma de magia protectora, etiquetan sus casas y vidas a ese lugar, que la tierra los acepte como suyos y alejar a los depredadores urbanos.

Richard conoce a Mayko, dueña del bar Idiots. Esta joven de ascendencia vietnamita guiará al detective a través de la verdadera ciudad, aquella que permanece como un conjuro sobre sus habitantes. Cuando Richard pasa una noche en su apartamento, Mayko lo marca mientras está borracha y bajo la influencia de analgésicos, quemando con un hierro ardiente el emblema de Snowtown en su cuello.

Con cada nueva historia de esta primera entrega editada en México por la editorial Kamite, descubrimos la galería de personas que habitan en esa ciudad conectada con Estados Unidos a través de un puente. Ladrones, infanticidas, pedófilos y traficantes de drogas desfilan en este primer tomo denominado “Feral City”. Sin duda una serie que vale la pena leer, en ella descubriremos si la marca del detective es tributo suficiente para ser parte de una ciudad construida por “lunáticos”, un lugar donde sólo te falta un día más de hambre para volverte criminal…

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