George Langelaan y la fantasía científica

El escritor francobritánico fue el autor del célebre relato “La Mosca”, llevada dos veces al cine

“El cerebro de un viejo, sobre todo el de un viejo que ha leído mucho, está tan lleno de vueltas y revueltas, tan atiborrado de palabras, frases, historias, dudas y convicciones que generalmente resulta difícil, si no imposible, encontrar el origen de un pensamiento”. George Langelaan en Vuelta a empezar.

En algún momento del siglo pasado se publicaban tantas revistas y libros de ciencia ficción, que le preguntaron al escritor Arthur C. Clarke, autor de 2001: Odisea en el espacio, si en verdad creía que hubiera tantos lectores, a lo que éste contestó: “Suponiendo que los haya, cabe preguntarse cómo se las arreglan para ocultar unos paquetes tan voluminosos a la vigilancia de los guardias del asilo donde sin duda están encerrados”.

George Langelaan

Y es que el género es tan comercial como abundante, casi volviéndose un de-género literario por la escasa calidad narrativa de tantos bestsellers que llenan los escaparates. Pero en 1957 se dio a conocer un nuevo talento, un escritor un tanto olvidado hoy en día que vale la pena recordar: el franco-británico George Langelaan (París, 1908), quien destacó con sus relatos de fantasía científica o ciencia-ficción, siendo el más conocido “La Mosca” (publicado originalmente en la revista Playboy, gracias a Hugh Hefner).

Este cuento fue llevado al cine en dos ocasiones: en 1958 por Kurt Neumann y en 1986 por el director canadiense David Cronenberg. En 2008, también inspiró la composición de una ópera a manos de Howard Shore, músico contemporáneo que, curiosamente, realizó la banda sonora de “El almuerzo desnudo”, otra película basada en una obra literaria dirigida por Cronenberg. Siendo su relato más conocido, frecuentemente se mercadean sus libros haciendo hincapié en dicho título.

Algunas versiones del mismo libro

Dentro del volumen Relatos del Antimundo (1962), que es el que nos ocupa, se encuentra “La mosca”, considerado con justicia uno de los mejores relatos terroríficos del Siglo XX, pues en tan sólo 40 páginas ocurre la historia de teletransportación y mutación que todos conocemos, con el añadido de que todo se cuenta desde el punto de vista del hermano del protagonista, quien a través de conversaciones y cartas de su cuñada, descubre el secreto detrás del “asesinato” de su hermano, revelándoselo al detective detrás del caso.

Langelaan también escribió otros relatos de fantasía científica dentro del mismo libro. “La dama de ninguna parte”, es un romance en plena era nuclear que cuenta cómo un científico se enamora de una mujer que se encuentra en otra dimensión a raíz de la bomba atómica de Nagasaki, cuya explosión desintegró sus átomos y la mandó a otro nivel del mundo físico. Este es muy interesante porque también se relata hacia atrás y porque, de alguna manera, teoriza sobre la existencia de los fantasmas de una manera científica. “Vuelta a empezar” nos sumerge en los pensamientos de un anciano al momento de morir, pasando por el subconsciente y hasta su posterior reencarnación. El modo en que está contado permite explorar tanto la filosofía como la teoría de la relatividad de Einstein.

 

Otras obras de su catálogo

Y es que la vida del autor fue por demás interesante. Siendo de padre británico y de madre francesa escribió la mayoría de sus obras en francés. Durante la II Guerra Mundial fue espía británico en la Francia de la ocupación nazi. Según sus memorias, se sometió a una cirugía plástica para alterar su apariencia antes de lanzarse en paracaídas sobre territorio francés. Fue detenido y enviado a un campo de prisioneros. Condenado a muerte por los alemanes, escapó y regresó a Inglaterra para participar en el desembarco de Normandía.

Sus memorias fueron publicadas en el libro Un nommé Langdon – mémoires d’un agent secret (1950), y posteriormente incluso fueron llevadas a la televisión. Algunas de estas aventuras como espía le sirvieron para inspirarse a escribir otros relatos del mismo libro, como “Deducciones Desde La Butaca”, “La Otra Mano” o “Salida De Emergencia”, que son de corte policíaco con tintes humorísticos y fantásticos, lo que da cuenta de su amplio registro narrativo. En resumen, George Langelaan es un autor muy versátil al que vale la pena conocer y, por supuesto, leer.

 

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