Fragmentos de Híkuri*

El monstruo que hemos despertado

 

Lo sagrado es un mysterio fascinosum y un mysterio tremendum: la primera lección del peyote.

 Este perro que ladra, ladró en el comienzo del mundo, ladrará hasta la consumación de los siglos: la segunda lección del peyote.

 El mundo es sólo una gran metamorfosis: la tercera lección del peyote.  Fernando Benítez

 

(a)

Ingrávidos, suspendidos, a la velocidad de los que vuelven del performance del sueño, desvariamos. Soy un lobo una loba. La calavera mamífera rodeada de esferas astrales. Me estoy dirigiendo hacia dios. Lo que conozco cambia de nombre. Hormiguea. Ondula. Digo volcán. Digo ceniza. Mis manos tocan el fuego.

(b)

Hablo en nombre de todo. Mi campo visual es del color del maíz. Azul del maíz. Pero más fulminante. Su multiplicación es sagrada. A esta hora la risa es una ciudad radiante en su sismo. Ondula. Se agita para revelarse, al mismo tiempo, reconstruida y en ruinas. Del córtex óptico al ojo para verla caer. Todo recuerda al sonido de una lesión cerebral.hikuri-1

(d)

La fisura, la grieta, el relámpago. Ver en profundidad la roca para abrirse en dos. Contra ella. Así de combativos. Mi corazón madriguera que guarda no lobos sino cristales que aúllan. Tu corazón que se alarga y se rinde en campamento feroz de puntos brillantes. Nos atraviesa una cumbre, arrasa y traiciona lo que algún día será de nosotros.

(e)

Yo también tomé el color metálico de la arena. Como ida en el mareo me convertí en Señora de los Animales. Me eché al sol como una loba y me confundió la simetría del espanto, un torrente cristalino que casi me ciega. Entonces volví a comenzarme: Fui, yo también, una sobrenatural. Como él lo había dicho. Mi fracaso en las pruebas de la creación del mundo me llevó a vivir en un charco. Kakaullari.  Desde ahí protegí a mi venado. Era dios y era azul mi venado. Un día vendrían por él y su elemento sagrado, abrirían su corazón con un cuchillo para recoger su sangre y la tierra sería fecunda.

(f)

Era un coyote y eran cien o nunca podrían ser contados. Una descripción de infinito. Tú por mis manos sabías más cosas de mí y así adivinaste que un alacrán caminaba en mi pecho. Era el miedo. Me habían venido la náusea y la resurrección maravillosamente y tú buscabas en mí ese otro corazón del que nos hablara Michaux, pero ya para entonces yo iba precipitada y gladiola, como besada por dios, hacia esa comarca de ver con los ojos abiertos.hikuri-3

(i)

El diablo nos habla y nos cuenta lo que va a suceder. No nos asusta. Es hora de hablar con los muertos, de besarles los labios para quitarles el frío. Cuando ellos nos toquen, daremos a luz con un ruido estridente. Con voces que no serán nuestras, rojas azules rompiendo el silencio, aullaremos sin fin hasta que el animal nos reconozca.

(j)

El corazón del peyote nunca deja de vernos.

*****

*HÍKURI es un libro de artista hecho en colaboración con Christian Becerra y forma parte de la colección de Artes de México: Intención, palabra y forma. Ha sido exhibido en distintas galerías del país:

“¿Cómo mirar al enigma del pueblo huichol, cómo acercarnos a su arte chamánico? HÍKURI es una caja de indagaciones. En ella, Christian Becerra y Daniela Camacho abordan dos objetos de estudio: el ritual sagrado de cacería y consumo de peyote y los cuerpos estéticos que se producen tras esta experiencia. HÍKURI es también un dios pequeño, un contenedor de tradición y transgresiones que propone lecturas simultáneas: antigüedad y contemporaneidad, experiencia visionaria, etnia y vanguardia en la producción artística, en ocasiones ritual, de los creadores huicholes.”

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