¿Y qué sucede cuando te conviertes en un adulto? El automatismo con el que van transcurriendo los años podría encargarse de dar una respuesta. O en el mejor de los casos podrías encontrarte en esa eterna fase, en que nada ni nadie te pudo convencer de convertirte en uno, que sería un trabajo muy loable, dado que el martillo de la adultez tiende a pegar muy fuerte sobre el yunque de los mandatos sociales y las costumbres, y esquivarlos tiene su grado de dificultad, eso sí -sin paga ni prestaciones-.
El recorrido de los 90 minutos por Curriculum Vitae comienza a las afueras de La Rendija Teatro, un perfecto síntoma de que la cultura y la gente comienzan a apropiarse de las calles meridanas, aunque para ello todavía haya que poner conos de precaución para que ningún coche se lleve a un espectador. El actor-dialogante es Ulises Vargas, una presencia en escena notoriamente involucrada en su actuación, y que quizás te esté contando su vida o actuando la vida de alguien más que podrías ser tú, yo o cualquiera. Porque él lo dice claro: “un domingo decidimos asistir al teatro para pensarnos” o quizás también para reflejarnos en el otro.
Una vez adentro del teatro, el resto de la obra transcurre entre discursos, diálogos y juegos. Actor y espectadores están en interacción constante y aquí se describe dicha interacción sin intenciones de que esté completamente apegada al guion de la obra. Hay una escalera multiescenográfica que dialoga con el espectador -es también un símbolo abierto de interpretación-. Luego la concurrencia se convierte en participante o espectador de un concurso que ironiza la fantasía de esos programas televisivos, que prometen a los pobres adultos mexicanos salir del atolladero en el que viven, por el simple hecho de haberse convertido en adultos (muchas risas de fondo). Después un joven treintañero empeña todos sus esfuerzos en malabarear el dinero para que le alcancen las cuentas.
Y a la par se vienen todas esas ideas acerca de que el molde anterior -es decir, el de nuestros padres- quizás ya no encaja del todo con el de nuestra generación. También hace su aparición la incertidumbre que conlleva vivir en la adultez contemporánea, pues el futuro ya no se traza sobre los esquemas conocidos, ahora se anhelan otras cosas, que en general creemos diferentes a las del molde. Ya para el final, el espectador no sólo se va, pues una parte de cada asistente se queda colgada en un tendedero que pasa a formar parte del diálogo abierto que enmarca toda la obra. El espectador se lleva una hojita de mensaje tranquilizador y el gozo que la obra deja per se. Se lleva a la vez un montón de diálogo externo e interno pues al teatro fuiste a confrontarte igual que cuando se te ocurre abrir las páginas de un libro.
Curriculum Vitae. Instrucciones para armar no es nada más un proyecto escénico bajo la dirección de Nara Pech y dramaturgia de María José Pasos; se trata más bien del resultado del trabajo conformado por la compañía Síndrome Belacqua conformada por un grupo de creadores que desde el 2013 se encuentra realizando proyectos con el objetivo de dialogar -desde las artes escénicas- con otras disciplinas situadas dentro o fuera del arte y que además concibe lo político como la generación de experiencias sensibles y espacios de convivio con sus interlocutores. Por tanto esta es la última llamada, corre a sentirte parte de esta puesta en escena que será presentada por última vez en La Rendija el fin de semana que se aproxima.
Funciones:
Sábado 20 de agosto 8PM
Domingo 21 de agosto 7PM
Boletos en taquilla