El regreso del Príncipe Valiente de Hal Foster

Una mirada contemporánea al clásico (1937-2018).

Ahora que la editorial Planeta DeAgostini ha comenzado a reeditar “Príncipe Valiente en los días del Rey Arturo” (su nombre original), surge la oportunidad de leer y revalorar esta historieta bajo la óptica del Siglo XXI. Publicado por primera vez el 13 de febrero de 1937, el cómic del canadiense Harold R. Foster constituyó todo un parteaguas en su momento, ya que por esos días el mercado editorial se encontraba inundado por tiras cómicas cuya temática se encontraba orientada hacia la ciencia ficción con títulos como Buck Rogers y Flash Gordon.

Los superhéroes como los conocemos aún no habían nacido (Superman aparecería un año después, en 1938) y Foster, que había dibujado a Tarzán, Lord de Gresytoke, tuvo la idea de hacer algo diferente a la tendencia imperante en los periódicos. De entrada, rechazó el futurismo y los temas cósmicos, remontándose al siglo V (en plena Edad Media) para ambientar su historia, la cual fue editada por la mítica King Features Syndicate, propiedad del magnate de los medios William Randolph Hearst.

Para ello, se documentó consultando libros de historia, visitando museos y leyendo las clásicas novelas de caballería, en especial las que corresponden al mito artúrico. Valiente es hijo del Rey de Thule, reino imaginario del cual ha sido despojado, siendo desterrado a las marismas de la mítica Albión. Es ahí donde el joven e intrépido chico primero se convierte en un experto cazador, aspirando a convertirse en uno de los caballeros de la legendaria Mesa Redonda de la idealizada Camelot, fungiendo como escudero de su tutor Sir Gawain.

Lo anterior es capitalizado por Foster para narrar una historia épica con tintes fantásticos, en la cual salen a relucir auténticos valores humanistas como el honor, la lealtad, la valentía y la razón. Esto último es de vital importancia y reviste una especial relevancia en la actualidad, donde la rancia moral de la religión y los templos del pensamiento mágico aún no terminan por resquebrajarse.

Valiente, al contrario del caballero Don Quijote, desface entuertos haciendo uso de su arrojo e inteligencia, y donde otros ven dragones, ogros y gigantes, él corre el velo de la superstición para mostrarnos a lagartos, rufianes y molinos de viento. En este caso, el elemento fantástico únicamente es utilizado como licencia narrativa e histórica para la construcción de personajes como su esposa Aleta, que rompe el arquetipo femenino de la época para constituirse en una auténtica compañera de batallas siendo una sagaz y brillante estratega.

Por otro lado, Foster introdujo algunas innovaciones formales en la historieta: en lugar de una tira, sus entregas semanales ocupaban una página completa de los diarios; en vez de diálogos en forma de bocadillos, sus textos se encontraban a pie de viñeta, dándole primacía a sus detalladas ilustraciones y brindando una calidad literaria inusual en los cómics. Además de la tipografía de los títulos, en las esquinas superiores de las páginas solía colocar recuadros con símbolos heráldicos o los perfiles de los personajes, mismos que eran coleccionables y podían recortarse de los periódicos.

Asimismo, cuenta de manera cronológica la evolución de los personajes, por lo que vemos a Valiente crecer, casarse e incluso tener hijos, cuestión que hasta la fecha no ocurre con otros personajes de ficción que permanecen inamovibles en el imaginario colectivo, motivo por el cual la creación de Foster continúa publicándose 82 años. De hecho, mucho antes de la presente oleada de películas basadas en cómics y superhéroes, el Príncipe Valiente tuvo su primera adaptación al cine con el galán de la época, Robert Wagner, encarnando al héroe y Janet Leigh como su consorte. Posteriormente, en 1997, tuvo otra adaptación en un filme hecho para la televisión.

Estamos ante un auténtico cómic de autor, predecesor de las novelas gráficas y que desdes sus inicios aspiraba en convertirse en una novela-río. Sea como sea, tener la oportunidad de apreciar el detallado e impresionante dibujo de Foster en grande, con el color original restaurado e impreso en un papel de calidad, es un auténtico placer para los coleccionistas. La reedición actual puede encontrarse en supermercados y puestos de revistas en un elegante formato de álbum europeo en pasta dura.

Compartir artículo:
More from Ricardo E. Tatto
Una obra en busca de hogar: “Polilla, el errabundo”
Fotos: Mario Morales Rubí. Estrenada el 19 de julio, no fue sino...
Read More
Join the Conversation

1 Comments

Leave a comment
Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *