Un filme sobre el rey carmesí: 50 años de King Crimson

En su columna, Anahí García Jáquez reseña "In the court of King Crimson", un documental de Toby Amies a propósito del 50 aniversario de esta icónica banda de rock progresivo liderada por Robert Fripp, fundador y único miembro original que todavía permanece. ¡No dejes de verlo!

Antes del inicio de la pandemia (para ser más exactos, entre 2018 y 2019), la banda de rock progresivo King Crimson se embarcó en una gira para celebrar el 50 aniversario del lanzamiento de su primer disco In the Court of the Crimson King. Es entonces cuando el guitarrista fundador Robert Fripp, comisiona al cineasta Toby Amies a que haga un documental no de la gira, sino de la banda en sí. In the Court of King Crimson. King Crimson at 50 es una exploración de este grupo y de lo que significa ser parte de él.

Para empezar, hay que advertir que no tiene la estructura básica de un documental; esto es, no lleva un orden cronológico así que no nos irán contando desde la fundación y sus diversas etapas, pero sí veremos entrevistas con Adrian Belew, Bill Bruford, Ian McDonald, entre otros, quienes alguna vez formaron parte del grupo. Asimismo, tampoco veremos entrevistas formales en un espacio tipo confesional con todos y cada uno de los miembros de la banda. En cambio, nos sentiremos como ese chismoso que anda detrás de la gente preguntando sobre la experiencia de los integrantes del grupo, y esta sensación se logra debido a que el director hace la mayor parte de las entrevistas con su cámara en la mano a la hora de los ensayos.

El punto de partida y de llegada es, sin duda alguna, Robert Fripp. Decir que él es el principio y el final de King Crimson se queda corto ya que, como dice Adrian Belew, el grupo es su bebé y puede hacer con él lo que quiera. El guitarrista, hombre de trato educado y hablar pausado que siempre viste traje con corbata y hasta sombrero. Siendo el único miembro original que queda ha visto pasar el tiempo así como el desfile de músicos talentosos y, por lo tanto, tiene toda la autoridad para hablar y es quien contribuye a la narración de los hechos dando saltos entre el pasado y el presente al mismo tiempo que comparte su filosofía de vida y nos muestra su mundo, en el cual se rige por la mística de la disciplina (no en balde uno de sus discos se llama justo así, Discipline), ésa que ha impreso en su andar por el mundo de la música y que es también el código de reglas bajo las cuales juzga la calidad de sus compañeros de banda así como su proceder.

Por mucho que suene a lugar común la definición de “todo un personaje”, aplica perfecto para este músico de gran altura que se ha rodeado de otros que están a su nivel y junto a ellos ha creado un grupo de rock progresivo que ha sido encasillado como tal aún y cuando roza otros géneros. Sus reflexiones, sus recuerdos y su visión del pasado, presente y futuro de la agrupación se intercambian con las escenas del proceso de preparación de un concierto que vienen acompañadas de sus respectivas entrevistas con los roadies, así como también muestra lo que sucede una vez que las luces se han apagado y se llega el tiempo de marcharse con la música a otra parte. Y es éste un punto interesante en el documental, ya que Toby Amies entrevista a fans del grupo con el afán de ilustrarnos de lo que significa estar en un concierto.

Todos ellos llegan a la conclusión de que es una experiencia única, de ésas que no se dan mucho en la vida y buscan recrearla lo más que se pueda, aún y cuando tengan que viajar de América a Europa o Asia. Es así como el espectador tendrá una total y completa comprensión de lo que representa ser un verdadero admirador de King Crimson, tanto que hasta ellos mismos lo comparan con ser parte de un culto al que sólo quienes en verdad deseen sentir y apreciar la música pueden acceder.

A través de las entrevistas con los miembros actuales así como los que ya no forman parte del grupo, el espectador conocerá el por qué esta banda posee algo así como una alineación flotante donde músicos van y vienen, cómo es que algunos vuelven y otros no, por qué algunos se van en buenos términos y otros quedan casi peleados de por vida. Quienes se van cuentan porqué no se quedaron y los que están ahí comparten el por qué siguen. Estos segmentos son los que llevan gran carga emocional ya que conoceremos las historias personales de algunos de ellos y sus sentimientos acerca de su profesión y del grupo al que pertenecen, así como sus impresiones de trabajar con Robert Fripp, por lo que, una vez más, todos los caminos llevan a él.

Y si en algo coinciden todos ellos, es que no es fácil estar al lado de este genio (que sí lo es, aunque suene exagerado) que posee una personalidad ácida que contrasta con su serenidad al hablar y es por eso que la convivencia puede no ser tan placentera en momentos, ya que puede rayar hasta en la tiranía. En esta parte del documental hallaremos momentos graciosos así como dolorosos (más en específico, la historia de Bill Rieflin) que abonan y mucho a la construcción de un relato muy completo donde todos los lados son cubiertos, por lo que pasará de lo analítico a lo emotivo de un momento a otro pero jamás cayendo en los excesos.

In the Court of King Crimson. King Crimson at 50 triunfa en plasmar la realidad de una banda que se reinventa y sigue vigente pese a los cambios de alineación y los respectivos egos que derivan en luchas intestinas. Podría pensarse que a veces este trabajo raya en un vehículo para el culto a la personalidad de Robert Fripp por dedicarle tanto tiempo en cámara a este hombre, que imprime su ideología de vida tanto en el papel de cada miembro así como en las relaciones que se van tejiendo entre ellos, pero que siempre está con la mente fija en mantener el alto estándar de calidad de este grupo ya legendario que está en una transformación permanente.

Robert Fripp le pide a Toby Amies que le diga qué cosa es King Crimson, lo cual no es tarea fácil; aunque es lo ideal para quien vea este documental y no conozca a fondo a la banda o que, en el peor de los casos, jamás hayan oído sobre ellos. Afortunadamente, es tal su calidad que un no fan lo disfrutará, no tanto como los seguidores fervientes, pero ciertamente su panorama musical se abrirá y gozará de un trabajo cinematográfico de excelente manufactura basado en la maravilla de la creación musical que es llevada a cabo por los mejores en su ámbito, ésos que han ido construyendo lo que es King Crimson hoy en día, uno de los grupos que ha sobrevivido al paso del tiempo y que siguen fluyendo y evolucionando; por lo mismo es que se merecen todo, en especial homenajes en vida como este documental que ilustra cómo se mantiene vivo el Rey Carmesí. ¡Viva el rey…!

In the Court of King Crimson. King Crimson at 50. Toby Amies. 2022. Reino Unido. Succulent Pictures.

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