Marie Ythier y su violonchelo regresan a la OSY

Según la crónica de Diego Elizarraraz, el concierto del fin de semana de la Orquesta Sinfónica de Yucatán fue una auténtica celebración de la historia y su relación con el presente de esta noble y generosa región, de donde la OSY y su solista francesa, Marie Ythier, emergieron gloriosamente entre aplausos...

Otro programa original de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. El segundo concierto de la temporada, ocurrido el viernes 18 de octubre de 2024, incluyó tres obras relativamente breves. A excepción del Concierto para violonchelo de J. Haydn, la primera y la última obra tuvieron alusiones identitarias y regionales, coherentes con el ambicioso proyecto enfocado en estrategias económicas y sociales impulsado por el actual gobernador Joaquín ‘Huacho’ Díaz Mena que lleva por nombre: Renacimiento Maya.

Amén de las incontables obras musicales que se han inspirado en el folklore y las fábulas cosmogónicas, La Danza de los Aluxes de Gustavo Río Escalante, asumió la responsabilidad de referir a la leyenda de una de las numerosas criaturas místicas de la mitología maya, como lo dice el título de la obra: los aluxes. Estos sabios espíritus aparecieron, en forma de melodía, bailando en la cuerda frotada de los violines, sirviéndose de sus dotes para armonizarse ágilmente entre los alientos y esconderse entre el timbal y el triángulo mientras impulsaban una cohesión orquestal que exaltaba lo infantil de sus tretas.

Surcando el espacio con un ritmo a la vez bailable y levemente macabro, la música se desplegó, cromáticamente por aquí, pomposa por allá, afianzando la veta motívica que terminó – como lo hiciere cualquier travesura de estos duendes mágicos –, abruptamente. En un lapso de poco más de cuatro minutos, estos espectros mayas se hicieron presentes y se desvanecieron entre merecidos aplausos. Una revoltosa, – un tanto straussiana –, y momentánea obra que – huelga decirlo–, fue bellamente interpretada.

Después de la atmósfera juguetona que dejaron los aluxes, la fantástica violonchelista francesa Marie Ythier, regresó como solista con una interpretación sensible, casi intuitiva, de uno de los cuatro conciertos para violonchelo de Haydn, el que está en Do mayor. Durante la plática previa al concierto, el director, José Areán, compartió un poco del contexto histórico que enmarca la obra, algunos guiños, similitudes o importantes diferencias con otros opus y compositores, destacando, entre ellos, el virtuosismo característico de los movimientos – particularmente el Allegro molto del tercer movimiento que arranca con un estrepitoso movimiento en los violines –.

Poco convencional en la época en que se escribe pues los tratamientos instrumentales y formales otorgan un papel estelar a un instrumento que hasta entonces era usualmente concebido como acompañante. Marie, con una sólida y elocuente interpretación, de la mano de un director que domina sin ataduras ni contradicciones el mecanismo orquestal, exhibió un pulcro trabajo de los vaivenes emocionales y afectivos que Haydn nunca cesó de imprimir en la música, sin ignorar la variedad de materiales motívicos que el compositor se permite en esta exquisita obra del periodo clásico.

Terminada la pausa de diez minutos, el concierto continuaba con la Sinfonía en La menor del compositor noruego Halfdan Jebe, quien radicó en Mérida, Yucatán, hasta su muerte en 1937. Una sinfonía que rinde homenaje a la vida de una de las figuras históricas más prominentes de la región: el célebre líder socialista Felipe Carrillo Puerto; tal como reiteradamente lo recuerdan la nota de Enrique Martín Briceño[1] en el programa de mano, así como en la charla previa al concierto del director y en su sucinta intervención antes de la interpretación de la obra.

Una sinfonía que puede simbolizar un par de cosas, en mi opinión: la relación e impacto de las migraciones – la cultural–, en el devenir de las dinámicas sociales, en otras palabras, una de las caras de la gentrificación[2]; y, las repercusiones que los vínculos interpersonales tienen en la producción de todo creador – o ser humano –, una de las aristas contextuales bajo las cuales se gesta toda obra – en este caso, la de alguien que vivió durante la época post-revolucionaria en una región con menos de dos décadas de haber padecido una guerra, la de castas –. Estructurada en cuatro movimientos y titulada Del destino al ideal, este estreno latinoamericano – que se repetirá a finales de  mes en el Festival Cervantino en Guanajuato, Guanajuato–, abre con una epopeya que parece predecir las impresiones épicas del compositor con el uso de los metales a lo largo de la obra.

El segundo movimiento, ligeramente campirano, se antepone cortamente ante el Adagio, un movimiento que parece crucial en esta sinfonía. Inicia y permanece alternado la melodía entre la cuerda y los metales hasta el final del movimiento cuando las maderas, relevando a los metales, puncionan el espacio para recibir al gong que abraza el unísono de la orquesta en el Do sostenido, un artefacto orquestal que en palabras del director: representa la muerte de Carrillo Puerto[3]. La obra concluye con una marcha, que, si bien no está ligada a ninguna batalla – como en ocasiones sucede con las marchas orquestales –, sí insinúa los ecos de su fusilamiento a la sombra controversial[4] de su enjuiciamiento militar.

Una auténtica celebración de la historia y su relación con el presente de esta noble y generosa región, de donde la orquesta emerge, como de costumbre, gloriosa. ¡Gracias OSY! ¡Bravo!

Notas:

[1] Historiador cultural yucateco quien sostuvo una charla a propósito de las obras con el director antes de la repetición dominical del concierto.

[2] Léase la reciente nota de Noé Vázquez a propósito de este fenómeno.

[3] Dicho en la charla previa al concierto. Ojalá se mantengan estas charlas en el futuro, percibo que afirman y refuerzan el interés de un público sumamente receptivo a las propuestas de la talentosa orquesta.

[4] El mártir del proletariado nacional – como lo llama Martín Briceño en el programa de mano –, era un civil, lo cual abre la posible pregunta afligida de aquellos cerca de él: ¿por qué un juicio militar para un civil?

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