La participación del prestigiado violinista estadounidense, Christopher Collins, para la interpretación de la célebre Fantasía Escocesa del alemán Max Bruch, además de la Sinfonía No. 2 de Piotr Ilich Tchaikovsky, constituyen el atractivo repertorio a interpretar este fin de semana por la Orquesta Sinfónica de Yucatán. En lo que constituye una de las presentaciones más esperadas, la de Christopher Collins Lee, actual concertino de la OSY en calidad de solista.
Por ello, la orquesta invita acudir los días 03 y 05 de marzo próximos al Palacio de la Música y vivir la experiencia de escuchar de manera presencial tanto al solista como la obra del alemán Bruch. Bajo la dirección del maestro Juan Carlos Lomónaco, la OSY también ofrecerá en la parte complementaria una de las más aplaudidas creaciones del ruso Tchaikovsky, la Sinfonía No. 2 denominada “Pequeña Rusia”, como parte del quinto programa de la actual temporada de la orquesta.
Del solista Christopher Collins, es de destacar sus estudios de violín y composición en Curtis y Juilliard, y sus cuatro doctorados honorarios internacionales. Sus maestros principales fueron Dorothy De Lay, Arthur Grumiaux, Henryk Szeryng y Nathan Milstein, grandes violinistas del siglo XX. Como Embajador Musical Oficial del Departamento de Estado de los Estados Unidos, el solista estadounidense, ha tocado conciertos en todo el mundo, incluyendo 50 giras de recitales en Asia. En la actualidad es concertino de la OSY. Por fin, después de que la pandemia pospuso en el 2020 su presentación como solista, este fin de semana el virtuoso Christopher Collins desplegará con su violín pasajes melódicos brillantes y vigorosas danzas propias del folclor escocés compuestas por Max Bruch (1838-1920).
Entre 1879 y 1880 Bruch compuso la Fantasía Escocesa, cuyo título original es bastante más largo y elocuente: Fantasía para el violín con orquesta y arpa, con libre uso de melodías folclóricas escocesas, en Mi bemol mayor, Op. 46, misma que estrenó personalmente en la ciudad de Liverpool el 22 de febrero de 1881. El español Pablo Martín Melitón de Sarasate y Navascués (1844-1908), el más grande violinista de su tiempo, recibió la dedicatoria de numerosas obras de compositores contemporáneos, pero especialmente de Max Bruch, quien se le conoce como un excelso autor de obras para violín, aunque también creó piezas de diversos géneros.
De esta admiración de Max Bruch por Sarasate compuso el Segundo y el Tercer concierto para violín, la Romanza, Op. 42; el Adagio appassionato, Op. 57; el Adagio In memoriam, Op. 65; la Serenata, Op. 75; las Canciones y danzas, Op. 79; y la Pieza de concierto, Op. 84. Y por si todo ello fuera poco, Bruch también dedicó a Sarasate la Fantasía Escocesa, Op. 46 para violín y orquesta. De la partitura inspirada en el folclor escocés destaca el empleo del arpa, que funciona casi como un segundo solista. Bruch recuerda al oyente que en Escocia e Irlanda el violín y el arpa son parte medular de la música tradicional. Por cierto, Irlanda es el único país en el mundo que tiene un instrumento musical como escudo nacional: el arpa.
La parte complementaria del quinto programa de la temporada 2023 estará engalanada con la interpretación de la Sinfonía No. 2 del ruso Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893), estrenada con mucho éxito en Moscú bajo la dirección de Nikolái Rubinstein el 07 de febrero de 1873. Aunque no formó parte del llamado grupo de “Los cinco”, el grupo de compositores nacionalistas rusos – Modesto Mussorgsky, Alexander Borodin, César Cui, Mili Balákirev y Nicolái Rimsky-Korsakov, Tchaikovsky evocó también las canciones y el rico folclor de la extensa Rusia zarista.
Denostado por el carácter “occidental” de su música, Tchaikovsky exaltó, sin embargo, el nacionalismo de su patria con la Marcha Eslava, la Obertura 1812 y, por supuesto, con esta Sinfonía No. 2, “Pequeña Rusia” que compuso en 1872 y representa la sinfonía más corta de las creadas en ese género. En esta obra, Tchaikovsky empleó melodías populares de Ucrania, una región conocida como la “Pequeña Rusia” (referencia que los ucranianos del siglo XIX detestaban). La esperada obra está escrita en cuatro movimientos y dura aproximadamente 36 minutos. El final es tan grandilocuente y vigoroso que recibió el beneplácito del Grupo de “Los cinco”.
Los boletos están disponibles en las taquillas del Palacio de la Música (350 pesos) o mediante la venta en línea a través de la página web www.sinfonicadeyucatan.com.mx