Algún día quiero tocar así: Entrevista con Carlos Prieto

El chelista Carlos Prieto habla para el público yucateco. Fotos: Gabriela Jiménez/OSY

“Algún día quiero llegar a tocar así” (Carlos Prieto al escuchar un concierto de chelo en la radio, enterándose después que era una interpretación suya).

La primera ocasión que lo vi, fue en una entrevista que le hiciera Ricardo Rocha, en alguno de sus desvelados programas de televisión. Sería a mediados de los años ochenta y, desde aquel momento, su semblanza ha sido una de las más atrayentes y plenas de éxito que se pueda escuchar. No es común que en una misma persona coexistan un ingeniero, un economista, un políglota, un escritor, un violonchelista de presencia mundial, todos con el más alto nivel de desempeño, como si fuera tan fácil. Su estela parece el denominador común de aquellos notables del Renacimiento.

Por esto, no es descabellado situarlo entre leonardos y rafaeles, solo que emanado del siglo veinte y brillando con toda intensidad en el veintiuno. Por encima, es hombre de familia, el orgulloso padre de sus hijos que han visto en él –como el mundo entero lo ve– a un ser humano ejemplar, de sencillez que rebasa las expectativas, si se considera la ponderación que se le otorga –merecidamente elevada– dondequiera que se presente. Por tanto, hacer un recorrido de su legado profesional, equivale a hablar de significados amplios, profundos y diversos, minuciosamente encerrados en dos palabras: Carlos Prieto.

En busca de perfilar otros rasgos suyos, buscando nuevos matices, la amable entrevista que me concedió intenta una aproximación al corazón de un personaje que es persona, que en ese sentido, es como cualquiera de nosotros.

FDJ: En una frase ¿qué define a Carlos Prieto?

CP: (Se toma unos segundos, eligiendo las palabras y expresa) Me encuentro en una búsqueda permanente para tocar mejor, para escribir mejor. Busco permanentemente hacer mejor las cosas.

FDJ: ¿De qué está más orgulloso Carlos Prieto?

CP: De mi familia (sonríe)

FDJ: ¿Qué momento ha sido el más feliz en su carrera?

CP: Algunos conciertos que me han dejado más o menos satisfecho. Recuerdo una ocasión, la primera vez que toqué en el Carnegie Hall de Nueva York y de ahí me fui a una gira por la Europa Oriental. Estando en Bulgaria, recibí una copia del New York Times, con un artículo que se expresaba muy bien de aquel concierto. Eso fue una satisfacción muy grande. Pero también ha habido giras. Me interesaron mucho las giras por China, las giras por Rusia (y por la antigua Unión Soviética). Para mí fue muy atrayente, cuando se tradujo al ruso uno de mis libros. Me invitaron a presentarlo en algunos lugares de Rusia. Me preguntaron a dónde quería ir y respondí: “bueno, si se pudiera en Moscú o en San Petersburgo (que entonces todavía era Leningrado) también me interesaría mucho tocar en…Siberia, porque nunca había conocido esa parte del país”. Entonces organizaron una gira que incluyó ¡catorce conciertos precisamente allí! El pianista ruso –magnífico– que me acompañó, me dijo “¿Estás seguro de que quieres ir a Siberia? No sabes a dónde te vas a meter”. Pero yo estaba segurísimo de a dónde quería ir y fue una gira interesantísima por esas tierras, que ya había oído hablar de ellas, cuando leía de niño las obras de Julio Verne…

FDJ: Miguel Strogoff

CP: ¡Miguel Strogoff! Exactamente (ríe)

FDJ: Entonces vaya que fue una colección de vivencias…

CP: Sí, fue algo interesantísimo para mí conocer de población en población, en la inmensidad nevada desde Novosibirsk, que es la ciudad más importante de la zona, hasta el extremo, el último punto del país.

Luego, ha sido muy interesante para mí regresar a China. La primera vez que fui a Pekín me invitaron a dar unas clases magistrales a chelistas y vi que el nivel era sorprendentemente bajo. Pero vi que tenían tantos deseos de estudiar, que pronostiqué que todo iba a ir subiendo rápidamente. El motivo de que el nivel fuera tan bajo se debía a que, durante los últimos diez años de Mao en el poder, en la fase llamada “Revolución Cultural”, estuvieron prohibidos todos los instrumentos occidentales al igual que los chinos. Los músicos fueron alienados a comunas y granjas muy lejanas. Cuando me tocó ir por primera vez, apenas habían transcurrido tres años de que terminó esa etapa. Por tanto, apenas estaban empezando a estudiar. Hoy las cosas son muy distintas, sin duda mucho mejores.

FDJ: ¿Cuál ha sido el momento más duro o más difícil en su carrera?

CP: Bueno, probablemente cuando dejé la ingeniería para ponerme a estudiar otra vez el chelo. Lo tenía qué hacer por ocho o diez horas al día. Aquellos días fueron los más difíciles, de gran disciplina. Fue un proceso de reconexión. Había estudiado mucho, pero una cosa era tocar cuartetos como aficionado y otra muy distinta dedicarse al instrumento profesionalmente. Sabía que el nivel de exigencia era muchísimo más alto. Fue una época de estudios muy duros, de sacrificio y con una dosis de incertidumbre.

Felipe Cervera y Carlos Prieto.

FDJ: Con todo aquello difícil que usted ha presenciado o vivido, ¿se considera optimista?

CP: Sí me considero, hay cosas buenas por avanzar. Viendo el nivel de la música en México, me siento optimista porque hay una gran afición por la música en nuestro país, hay muchos jóvenes que les interesa la música, hay un gran número de orquestas. Veamos por ejemplo aquí, la Orquesta Sinfónica de Yucatán, esta es la tercera vez que he tocado con ella y me ha sorprendido su nivel.

FDJ: Son conceptos halagüeños, esperamos que las cosas sigan adelante. Y respecto a la calidad de una interpretación, ¿cómo se logra la perfección, si es que esta se pudiera alcanzar?

CP: La perfección… yo nunca la he alcanzado. Pero se intenta conseguirla mediante el estudio permanente de las obras. Con ello se acerca uno a un nivel –digamos– adecuado. Pero al menos yo, la perfección, jamás la he alcanzado. No creo poder llegar a ella.

FDJ: Si no hubiera sido el chelo, ¿qué instrumento sería?

CP: Hubiera sido algún otro instrumento de cuerda frotada, porque mi contacto con la música vino por el Cuarteto Prieto, formado por mis papás. Entonces si no me hubieran puesto a estudiar el chelo, a lo mejor habría sido el violín.

FDJ: Todos admiramos a Carlos Prieto. Pero, ¿Carlos Prieto a quién admira?

CP: Admiro a Beethoven y a Bach.

FDJ: ¿Algún mensaje de motivación para nuestro país?

CP: México es un gran país que aún no ha alcanzado el nivel que debería tener. Si trabajamos adecuadamente, se va a convertir en uno de los países más desarrollados a mediados del siglo XXI, porque tiene todo el potencial. Lo único que necesitamos es trabajar de manera adecuada.

Nuestra charla concluyó con un apretón de manos y un mutuo agradecimiento. La sencillez del maestro Prieto se refrenda en su sonrisa. Nuestra conversación, aunque breve, fue grata en todo sentido. No todos los días se tiene la oportunidad de conversar con un gigante. Se antoja difícil, pero nada más lejano de la realidad. Precisamente por eso, por gigante, tiene el alma sencilla y la palabra fácil. Virtuosismo y humildad son palabras casi sinónimas. En Carlos Prieto, sin duda, lo son.

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3 Comments

  1. says: Juan Avilés

    Excelente entrevista. Por amena, sencilla y a la vez con momentos profundos de reflexión del SEÑOR Prieto. Me dio gusto conocerlo. Redacción de primera, agrego yo. Empiezo bien mi día después de leer esto.

  2. says: Roberto Gerassi

    Muy grato leer esta entrevista, sobre todo porque refleja la personalidad del maestro Prieto de una manera muy prístina y amena. En hora buena al entrevistador y a la publicación.

  3. says: victor manuel morcillo moguel

    en la música, la cuadratura y la armonía hacen magia con pocos acordes…no encuentro mejor analogía entre lo antes mencionado y esta entrevista…con pocos acordes, con pocas palabras se logra transmitir la magia de alguien que ha vivido para y por la música..

    FDJ: ¿Cuál ha sido el momento más duro o más difícil en su carrera?

    CP: Bueno, probablemente cuando dejé la ingeniería para ponerme a estudiar otra vez el chelo..

    uff! momento culmen de la entrevista donde habla el ser humano, que sufre por dejar cosas que aprecia y valora por algo que ama…erizante pregunta, erizante respuesta…

    me dejo un gran sabor de boca esta entrevista Mto Cervera…bravo!

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