Una novela criminal convertida en miniserie: El caso Cassez-Vallarta

En su columna, David Moreno se refiere a "Una novela criminal", libro de Jorge Volpi convertido en una miniserie documental que aborda la simulación y el montaje de las fuerzas de seguridad del sexenio de Felipe Calderón. "El Caso Cassez- Vallarta" está disponible en Netflix...

En la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ha discutido en días pasados el asunto de la Prisión Preventiva Oficiosa. Se trata de una figura por la cual el presunto responsable de un delito es encarcelado si un juez detecta indicios mínimos de que la investigación debe continuar. Si es así, entonces el denunciado va directo a la cárcel. Lo que implica un adiós a otro concepto muy importante: el de la presunción de inocencia.

Un dato presentado por El País es demoledor: “cuatro de cada 10 presos están en prisión preventiva, es decir, sin una condena. En total, son más de 92.000; la mayoría, jóvenes de bajos recursos. El Gobierno no ha desglosado cuántos de ellos están en prisión preventiva oficiosa, pero las organizaciones critican que se ha convertido en una regla en México: encarcelar primero e investigar después”.

La miniserie documental se encuentra disponible en Netflix.

Entre esos 92,000 presos está Israel Vallarta. Tiene 17 años en la cárcel bajo la figura de la prisión preventiva. No se le ha dictado sentencia sobre la acusación que sobre él pesa, tampoco parece existir la voluntad para continuar con el proceso y hacerlo. Vallarta está ahí, esperando, después de que una mañana de diciembre de 2005 a él y a su entonces pareja Florence Cassez -una mujer de origen francés- la entonces AFI bajo el comando de la Secretaría de Seguridad Pública dirigida por Genaro García Luna realizara un supuesto operativo para liberar a unas víctimas de secuestro y apresar a quienes los mantenían cautivos.

En las imágenes, transmitidas por las dos principales cadenas de televisión a todo el país, la mano derecha del entonces Director de Seguridad Federal de la Policía Federal, Luis Cárdenas Palomino, apretaba el hombro de Vallarta quien aparentemente confesaba su culpabilidad, al mismo tiempo que se quejaba de los golpes que recibía del super policía calderonista. Junto a Florence Cassez fue trasladado a los separos de la PGR y de ahí al penal en espera del inicio de su proceso. Hasta ahora permanece en la Cárcel.

El caso de Cassez fue diferente, siendo ciudadana francesa su detención fue atendida por las autoridades diplomáticas de Francia en nuestro país. Lo endeble de la acusación en su contra terminaría por desencadenar un serio incidente diplomático entre los gobiernos de los entonces presidentes mexicano y francés, Felipe Calderón y Nicolás Sarkozy, el cual terminaría en la liberación de la francesa -a quien sí se le sentenció por el asunto del supuesto secuestro- por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El caso Cassez- Vallarta: una novela criminal de Netflix va a contarnos la historia de estos dos personajes cuyo destino se separó a partir de esa mañana de diciembre de 2005 para tomar caminos muy diferentes. Toma como punto de partida el montaje organizado por la Secretaría de Seguridad Pública para aprehender a la pareja y de ahí armar una intrincada, fascinante y perturbadora historia en la que el asunto trasciende cualquier límite jurídico para sorprender al espectador con una serie de maniobras orquestadas desde las más altas esferas del poder político en México con un solo objetivo: hacer prevalecer la voluntad de quienes mandaban aún a costa del estado de derecho.

Ello resulta evidente con las entrevistas hechas no solamente a los protagonistas del caso, sino también a quienes le han seguido de manera puntual a través de investigaciones de carácter periodístico. Son particularmente valiosos los testimonios de Emanuelle Steels, Jorge Volpi y José Reveles, cuyas investigaciones han arrojado luz para comprender mejor el caso, para entender las implicaciones que el mismo ha tenido en toda la vida política y jurídica del país. Son trabajos críticos con el sistema y que reivindican el valor del periodismo de investigación como fuente de conocimiento e información para toda la sociedad.

Pero también son muy interesantes los testimonios de comunicadores como Pablo Reinah y Carlos Loret de Mola, dos personajes fundamentales en la transmisión del montaje en el que se escenificó el arresto de Cassez y Vallarta y que muestran una arista muy diferente del periodismo: la que lo entiende como un espectáculo y como un medio de servicio al poder tanto político como económico. Durante la lamentable transmisión que Loret y Reinah encabezaron en aquella mañana de diciembre de 2005, ambos privilegiaron al show mediático disfrazado de noticia.

El documental los muestra –años después– intentando justificar sus yerros, su manera de trabajar, su poca capacidad de análisis, lo que se hace más evidente cuando en la misma empresa la reportera Yuli García fue la primera en avisar sobre el montaje producido por el Gobierno Federal.  La periodista sí tuvo el olfato periodístico –acompañado de una gran dosis de voluntad- para detectar que había algo extraño, sospechoso, en las imágenes de la aprehensión de Cassez y Vallarta, y fue quien –también en Televisa– hizo las primeras denuncias sobre la evidente farsa.

Una farsa que, a pesar de las evidencias, fue defendida hasta al final por el gobierno en turno, incluido el entonces presidente Felipe Calderón. El trabajo recorre todos los recovecos que llevaron al montaje, la manera como las autoridades –a partir de casos reales de secuestro– armaron una serie de evidencias para dar un presunto golpe contra la delincuencia y tratar de cambiar la imagen de ineficiencia que se tenía ante el alza de ese delito en prácticamente todo el país.

El documental va dejando claro que lo que existía era la enorme necesidad de encontrar a toda costa a sujetos que puedan ser presentados como cabecillas de una peligrosa banda de secuestradores. Vallarta y Cassez resultaron en las personas perfectas para ello. Una especie de Bonnie y Clyde a la mexicana. Él, “el despiadado líder de los Zodíaco”, cuya humillación en cadena nacional representaba una revancha no solo para el gobierno sino para la una sociedad ultrajada. Ella, la guapa y educada ciudadana francesa corrompida por el líder de los secuestradores que se terminó transformando, según García Luna, en una loba con piel de oveja que no tenía ningún tipo de empatía para aquellos a los que presuntamente privaba de la libertad.

Conforme el documental se desarrolla clarifica un escenario contundente: el caso contra Vallarta y Cassez estaba sustentado en evidencias fabricadas, en decisiones políticas y en la defensa de una estrategia de seguridad fallida, manejada por servidores públicos que no habían sido capaces para hacer frente a la delincuencia y que estaban en la búsqueda de quien pague sus platos rotos, tapara su ineficacia y, sobre todo, su corrupción.

Se trata de un documento importante, imprescindible, para entender lo que fue un sexenio violento, de simulación, que lleva irremediablemente al espectador a preguntarse en manos de quién estuvo este país, lo que es aún más aterrador al mirar tras las rejas a Genaro García Luna y sus secuaces, quienes se encargaron de la seguridad nacional durante aquellos aciagos y dolorosos días. Basada en el libro “Una novela criminal” de Jorge Volpi, esta es una miniserie documental que trasciende los límites de la imaginación y nos confronta con una realidad que aún no hemos podido superar.

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