Mientras bebía mi enésimo café en el búnker de prensa, consulté el cartelón con las ruedas de prensa agendadas para el día miércoles 4 de diciembre, pero mis ojos no podían creer lo que leían: Laszlo Krasznahorkai estaría en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en su edición 2024. ¿Cómo era esto posible? No había visto grandes anuncios ni promoción alguna acerca de su presencia en la feria libresca más importante del mundo iberoamericano. Y es que los autores de España, como país invitado, acaparaban todas las miradas.
Krasznahorkai, a pesar de su calidad literaria, no es un autor de masas. Más bien es un autor de culto, valorado por lectores avezados en literatura de Europa del Este, o por algunos cinéfilos que llegaron a su obra gracias a otro artista de culto, el director de cine Bela Tarr, quien llevó a la pantalla grande su libro Satantango (conocido en México como Tango Satánico, publicado por editorial Acantilado y distribuido por Colofón). Aquellos que, como yo, conseguimos la cinta en el underground del cine de arte, pues esa mítica película tiene una duración de más de siete horas, por lo que su visionado es un reto incluso para cualquier especialista en séptimo arte.
El caso es que Mister Laszlo, ganador del Premio Formentor 2024, vino a Guadalajara para participar en la Cátedra Julio Cortázar y ofrecer un discurso en la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz, leyendo su discurso ganador ante poco más de 200 asistentes. Posteriormente se trasladó a la Expo Guadalajara, sede de la FIL, para ofrecer una rueda de prensa ante medios locales y nacionales. En dicha sesión y en otra realizada al día siguiente, habló acerca de su obra, el contexto sociohistórico en la que surgió y sus exploraciones estéticas en torno a la literatura narrativa, pues Krasznahorkai es mayormente conocido como novelista, si bien ha cultivado el cuento y el ensayo.
En una breve charla con el fascinante autor, evidentemente le pregunté sobre su relación con el director de cine Bela Tarr y sus colaboraciones en el cine:
Bela estaba muy emocionado en 1984, era entusiasta cuando leyó mi primer libro, Satantango y quería realizar la adaptación al cine. Se acercó a mí y me dijo que amaba la novela y que quería hacer la película, y le contesté que no, pero él regresó. ‘A mí no me gusta, soy un escritor, soy una persona que escribió un libro’, y volvió a venir, y después de un tiempo tuve que entender cuál era la mejor manera para lidiar con él, decirle que sí a la siguiente ocasión que lo intentara”.
“Estuve trabajando en el guión del filme y en 1985 se realizó el rodaje, el cual fue accidentado, ya que las autoridades comunistas de la época no permitieron que se filmara. Fue hasta que terminó el régimen cuando tuvimos la oportunidad de finalizar la cinta, porque otro problema que surgió fue que se acabó el presupuesto, pues Tarr había filmado demasiado metraje, lo suficiente para realizar una película de siete horas! Finalmente él pudo recaudar algo de dinero al negociar que le pagaron los derechos de exhibición por adelantado para que se transmitiera por televisión, a pesar de que ya sabía que por el tema era imposible transmitirlo en la tv, pero se salió con la suya. Nunca nos imaginamos que sería un éxito debido a la dificultad de su visionado, aunque aún así fue un éxito.”
¿Consideras que la sensibilidad húngara o de autores de Europa del Este es diferente a la mexicana?
Mi trabajo lidia con el ser humano y es lo mismo en todo el mundo, realmente no importa de dónde seas o dónde vivas, todos los seres humanos tenemos los mismos problemas y siempre estamos buscando las mismas respuestas. Pueden cambiar los colores de las personas, que son muy diferentes, o incluso también la cultura, pero la vida y la tragedia humana esencialmente es la misma.
Aunque claro, algo que me ha llamado la atención es que ustedes los mexicanos están más acostumbrados a lo fantástico y extraordinario. Por ejemplo, su culto a la muerte, la creencia en fantasmas o seres del más allá, es decir, son un pueblo muy rico en leyendas y tienden a creer en el mundo sobrenatural, algo que no se encuentra tan acentuado en Hungría, que es el país donde crecí.
Conseguir tus libros en México resulta caro, ¿te sorprende tener tantos lectores en este país?
Honestamente sí quedé muy impactado, jamás pensé que aquí conocieran o que fuera valorada mi obra traducida al español. Por ejemplo, aquí en el Paraninfo de Guadalajara había unas 200 personas, casi todos estudiantes y gente joven, que tenían mi libro y hacían preguntas. Participé leyendo el mismo texto que usé cuando recibí el Prix Formentor 2024. Algo que no me sorprende es que en la mayoría de los países que he visitado he podido hallar a personas melancólicas y sensibles que acaban siendo lectores de mis libros. Me alegra saber que hay gente que prefiere leerme en lugar de pasar el tiempo mirando las redes sociales.
Se ha dicho que eres un permanente candidato al Premio Nobel. ¿Crees que el Premio Formentor te ponga de nuevo en la mira de la Academia Sueca?
En lo absoluto. Cada premio es diferente y tiene sus propias motivaciones y objetivos. Decir que el premio de este año me acerca al Nobel sería demeritar al Formentor, el cual tiene su propio prestigio y gran importancia en Europa. De hecho siempre se ha entregado en España, pero este 2024 por primera vez se entregó en Marruecos, lo cual me da mucho gusto porque significa que su campo de influencia ha crecido hacia otras naciones.
¿Cómo se llama tu libro más reciente publicado en español y en qué consiste la trama?
Se llama “El barón Wenckheim vuelve a casa”. En él hablo del barón Béla Wenckheim, quien después su autoexilio en Argentina, opta por retornar a una pequeña población húngara buscando el amor perdido de sus años como adolescente. Sin embargo, su regreso causa expectación en la aldea, ya que sus pobladores lo reciben como si fuera un noble adinerado que ha vuelto para solucionar los problemas que aquejan a la población, sin saber que el barón ha gastado su fortuna en Buenos Aires.
Él se sigue conduciendo como un rico ciudadano y les sigue el juego con tal de no perder su prominente posición, pero su presencia habrá de provocar confusiones, chismes y maledicencias que complican la situación de los ciudadanos. Es una novela que escribí en 2016 pero recién se publicó en español este 2024, con traducción de Adan Kovacsics que es el que me traduce al habla hispana. Espero que los lectores hispanoamericanos disfruten de este libro.
Krasznahorkai nació en la Hungría bajo el dominio de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en la ciudad de Gyula, el 5 de enero de 1954. Allí vivió y estudió hasta los 20 años, luego viajó a estudiar derecho y artes a Budapest y salió por primera vez de su país en 1987, rumbo a Berlín occidental. Tras la caída del muro, en 1989, ha vivido en diferentes países como Francia, España, Estados Unidos, Inglaterra, Países Bajos, Italia, Grecia, China y Japón, con visitas frecuentes a su país. Entre sus obras más destacadas están Tango satánico (1985), Melancolía de la resistencia (1989) y Relaciones misericordiosas (1986), que es un tomo de ocho cuentos que fue traducido al español en 2023.