La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) presentan Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, obra en tres actos a cargo de la Compañía Nacional de Ópera, en el marco de su temporada 2023. Se presentarán cuatro funciones: domingos 25 de junio y 2 de julio, a las 17:00 horas; martes 27 y jueves 29 de junio a las 20:00, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Se trata de uno de los títulos más representados en el repertorio operístico y cuya presencia en los teatros es aclamada por todo el público, a casi 120 años de su estreno en el Teatro Grande de Brescia, Italia.
En conferencia de prensa virtual, el director de Ópera de Bellas Artes, Alonso Escalante, señaló que la reposición de una obra supone la oportunidad de verse enriquecida. “Es un trabajo en proceso que de forma evolutiva va hacia otro punto. Es una obra que fue creada en un momento en el que surgen diversos cambios a partir de una serie de situaciones que abren rutas hacia otras realidades no centradas en los temas que ocupaban los autores de ese momento.
“De ahí que Madame Butterfly, como el anterior título que presentamos con Ópera de Bellas Artes, Pescadores de perlas, exploraran lo que se llamó, en ese momento, los temas exóticos, porque están fuera de la lógica de Europa. Puccini se encuentra con esta obra no de forma gratuita, sino que venía de una novela que había sido escrita anteriormente y ya hay un interés por estos temas que eran raros para aquello que era tratado en los escenarios, así es que resulta una innovación en la forma en que Puccini venía realizando su quehacer composicional”, dijo.
Giacomo Puccini compuso Madama Butterfly al inicio del siglo XX, después de que Manon Lescaut, La bohème y Tosca eran ya grandes éxitos que se presentaban de manera constante en numerosos teatros. Precisamente, es para el estreno de Tosca en Londres que él se encuentra en la ciudad británica y asiste a la representación teatral del drama Madame Butterfly, de David Belasco, y queda inmediatamente emocionado con la posibilidad de hacer una nueva ópera sobre esta obra.
La historia cuenta el desposamiento de Pinkerton, oficial de la marina americana y la geisha Cio-Cio-san. Sin embargo, para el americano este matrimonio es una burla, mientras que para su esposa, llamada Butterfly y con 15 años de edad, se enamora verdaderamente de él, al punto de renunciar a su religión y a su familia. Al poco tiempo, el oficial regresa a su país, con la promesa de volver pronto a Japón y reunirse con su esposa.
Pasan tres años y Butterfly no pierde la esperanza. Rechaza toda propuesta de posibles pretendientes, pues su corazón está con Pinkerton, y así pasa el tiempo, apenas sobreviviendo en la pobreza, al lado del hijo que ha tenido con su esposo y con su acompañante, la fiel Suzuki. Para cortar toda ilusión, Sharples, el cónsul americano, lee la carta que ha enviado Pinkerton, anunciando su retorno acompañado por su mujer americana. Cuando llega al puerto de Nagasaki el barco de Pinkerton, Cio-Cio-san le espera emocionada y pasa en vela toda la noche al lado de los suyos, sin embargo, las cosas no corresponderán a sus expectativas y el desenlace será fatal.
En esta producción, dirigida por Juliana Faesler, plantea una visión adelantada temporalmente a la concepción original de Puccini, en la que introduce una escenografía –diseñada también por la propia Faesler– conformada por elementos a manera de gigantescas vigas que sirven de fondo y que, al tomar diferentes configuraciones abstractas, sirven de marco a la dramaturgia original y conviven armoniosamente con el ambiente figurativo de la casita de Cio-Cio-san.
Juliana Faesler explicó que la puesta en escena es el retrato de una mujer profundamente amante de la vida, que lucha hasta el final por lo que cree que es importante y honorable. “Desde ese ángulo hemos construido una puesta en escena que trata de acercar a esta mujer y los personajes a todas las mujeres del mundo que viven la realidad de Madame Butterfly como un homenaje y profundo respeto”. Explicó que dentro del universo de la ópera se encuentran en cada puesta nuevas miradas, y en este mismo sentido fue planteada la intención escénica. “La idea general fue tratar de encontrar un medio donde dialogara la abstracción de la música que es fantástica y emocional con la obra de teatro que esta magistralmente escrita”.
Por su parte, el director concertador, Iván López Reynoso, afirmó que es un lujo y emoción grande dirigir esta ópera. “Significa también el regreso de uno de los compositores más queridos de la historia de la ópera a la cartelera de la Ópera de Bellas Artes, después de una crisis sanitaria. Estas obras de gran formato, como es Madame Butterfly, estuvieron fuera de nuestro repertorio y ahora regresa con mucha fuerza y lo que significa tener a la orquesta completa en el foso, con un coro grande”. El equipo creativo está integrado por Mayra Juárez y Marina Meza, quienes diseñaron el vestuario original; Rafael Mendoza en el diseño de iluminación y de escenotecnia; Cinthia Muñoz a cargo del maquillaje y peluquería, e Irene Akiko, diseñadora de movimiento corporal.
Con un elenco en su totalidad por cantantes mexicanos, el papel protagónico estará encarnado por la soprano Maribel Salazar (Cio-Cio-san), acompañada por el tenor Andrés Carrillo (Pinkerton), la mezzosoprano Itzeli Jáuregui (Suzuki), el barítono Jesús Suaste (Sharples), el tenor Gerardo Reynoso (Goro); los barítonos Óscar Velázquez (Bonzo) y Édgar Gil (notario/Yamadori), las niñas Hibari Iida (Cio-Cio-san niña), Camila Amilpas y Sofía Brezzo (Dolore), el barítono Juan Pablo Sandoval (Yakuside/comisario), las sopranos Celia Gómez (madre de Cio-Cio-san), Irene San Antonio (tía de Cio-Cio-san) y Dolores Menéndez (prima de Cio-Cio-san).
Maribel Salazar aseguró que cantar Madama Butterfly es un gran reto y un regalo de Dios. “Estoy profundamente agradecida por esta oportunidad, somos un equipo maravilloso, y el púbico va a estar muy contento de escuchar esta partitura magistral de Giacomo Puccini”; Andrés Carrillo puntualizó que lo más importante al interpretar a Pinkerton es la parte emocional. “Personalmente me siento muy identificado con el personaje, porque la cuestión inmadura de él la viví muy de cerca cuando era joven”; mientras que Jesús Suaste dijo que varias veces a interpretado a Sharples y cada vez le encuentra cosas nuevas. “Lo básico quedo en mi desde el debut, en un hombre que se conmueve profundamente y en el alma con Cio-Cio-san”.