Una reseña a propósito de los derechos humanos en Yucatán.
¿Qué pasaría si la persona que amas se muriera entre tus brazos, y esos brazos resultaran ser el peor sitio para morir porque ante la ley y la sociedad eres una persona indeseable, un ciudadano de segunda clase? Bajo esa premisa se desarrolla “Una mujer fantástica” (2017), filme del realizador chileno Sebastián Lelio y protagonizado por la magnífica Daniela Vega.
Después de una velada romántica en la que planean hacer un viaje juntos, Marina y su pareja, Orlando, se van a dormir al departamento que comparten. A mitad de la noche, Orlando sufre un ataque cardiaco y mientras bajan las escaleras para ir al hospital se desmaya, cae y se golpea la cabeza. No hay nada qué hacer para salvarlo. Pero las desgracias para Marina apenas comienzan: las autoridades policiacas en el hospital la miran con suspicacia, dudan de su historia y quieren interrogarla. ¿La razón? Marina es una mujer transexual.
Al no estar casada con Orlando le impiden tomar cualquier decisión sobre el destino de su cuerpo. Tampoco puede verlo debido a que no es un familiar suyo. Días después, recibe la visita de su hijo, quien le pide que tome sus cosas y abandone el departamento donde han hecho una vida juntos. Poco después, la ex esposa de Orlando se comunica con ella, ya que necesita le devuelva el auto que Marina utiliza para ir al trabajo. Sin ninguna protección legal ni seguridad alguna sobre sus bienes, se encuentra desamparada.
Y lo que es peor: no le permiten la entrada al sepelio, mucho menos al entierro de su ser amado. Además, el perro que ambos criaron como un hijo, le es arrebatado. Frente a estas vicisitudes y la investigación policial que sospecha de un crimen pasional, solo le queda la posibilidad de levantarse con dignidad, pelear contra todo y contra todos.
Esta batalla personal paulatinamente va revelando su valor y su belleza interior, pues aunque ha nacido hombre, su carácter y resiliencia dan cuenta de una mujer cabal que lucha por sus derechos y por un amor que, en pleno Siglo XXI, para algunos todavía es innombrable. La película arrasó en los principales festivales del mundo en el 2018, llevándose el Oscar y el Globo de Oro a mejor película extranjera. Si usted vive en Yucatán y no la ha visto, véala y recomiéndesela al diputado de su respectivo distrito, le hará bien abrir los ojos al mundo.