Sensotramas Films: una retrospectiva crítica

A continuación, dejo la sinopsis de cada uno de los cortos y un comentario impresionista sobre cada uno:

Sinopsis: Sideral es una mirada al lado cósmico de nuestro ser a través de un personaje que ha encontrado otra manera de viajar y comunicarse más allá del uso de la tecnología. Su método lo lleva al encuentro de algo inesperado en el interior infinito de su propio ser. 

Considero este es el más logrado y complejo de los cortometrajes presentados, tanto por el nivel narrativo de la historia como por el trabajo de edición, fotografía y del staff completo al grabar en numerosas locaciones del estado de Yucatán que nos llevan en una travesía hacia otros planetas, otras realidades. La trama que en un inicio parece de ciencia ficción, pronto da un giro más cercano a lo filosófico y a lo metafísico, dejando de lado el realismo, lo cual se ve reforzado con el uso de efectos especiales, discretos pero efectivos. La paleta de colores y el gran trabajo fotográfico consiguen que nos abismemos en la gran belleza de las imágenes presentadas, pero sin dejar de lado el ritmo fluido que el argumento requiere.

Sinopsis: Nara ha muerto pero su abuela sabe que ella no ha encontrado la paz. La abuela acude a Pedro, un “medium” para que la guíe en su transición a lo inmaterial.

Si en el anterior nos adentramos en los terrenos de la ciencia ficción, en este corto el director aborda el género del cine fantástico, contándonos una anécdota sobre fantasmas, filmada en locaciones del centro histórico y explotando la belleza porfiriana del cementerio general. Aquí, se nota una titánica labor de la producción, pues es el cortometraje con mayor número de actores y elementos en escena. Personajes disfrazados, música y baile se conjugan para mostrarnos lo que ocurre en el más allá regional.

En este corto no se utiliza tanto el lenguaje cinematográfico como tal sino una sucesión de técnicas tan antiguas como el cine: stop motion, flash forward, flashback, etc. Todo con el objetivo de que la composición y los encuadres monocromáticos den lugar a la sensación de movimiento animado de objetos inertes, si bien la forma es realista.

Es un interesante ejercicio visual pero sin mucho más. Se agradece su brevedad.

En el corto final de la muestra uno se queda con la sensación de que se ha cumplido un loop, un ciclo estético, ya que al igual que en el primero, de nuevo nos adentramos en un ambiente digno de un thriller con tintes surrealistas. Grabado en locaciones de la Clínica de Mérida, aquí vemos mayores recursos técnicos y narrativos, como travellings, dollys, cámaras en mano, ángulos aberrantes, etc. Es decir, se nota una mayor gama compositiva y fotográfica como lenguaje al servicio del argumento. Asimismo, hay una mejor dirección de actores y de nuevo, una hermosa fotografía de Mario Morales en tomas submarinas oníricas y en la paleta de colores.