Sigur Rós o la libertad del lenguaje: (Untitled)

Primeros suspiros de otoño de 2002, no se observan rosas de victoria en Islandia. El nuevo álbum de Sigur Rós, banda icónica islandesa carece de título, este es simplemente un ( ), un paréntesis a mitad de la belleza y el frío. Contiene 8 temas carentes de nombre, aunque después por razones de reconocimiento se le darán apodos: Vaka, Fyrsta (el primer témpano que se observa y anuncia el invierno), Samskeyti, La Canción de la Nada o La Máquina Espía, Álafoss (uno de los lugares más bellos en la isla y donde la banda tiene su estudio), E- Bow (una manera especial de tocar el bajo eléctrico con un arco electrónico), La Canción de la Muerte y La Canción Pop

Al abrir el álbum el arte es estéril y bello, como el hielo que se acumula en los techos de las casas de Reikiavik y las amables sonrisas de ese particular lugar a mitad de la nada. Es colocado en un reproductor de CD y no se escuchan letras: la voz de Jón Þór Birgisson es un instrumento más junto al glockenspiel que un artista de Álafoss hizo con piedras volcánicas gracias a su oído absoluto.sigur-ros-band-final

La lengua en la que supuestamente canta “Jónsi” es una jerigonza o scatting de notas largas a la que llamaron Hopelandic, en una parodia en inglés ya que Islandia (en islandés Ísland) en inglés se dice Iceland (tierra del hielo), al jugar con los vocablos, Hopeland, el lugar del cual se supone viene imaginariamente la banda sería “tierra de la esperanza”.

Dentro de la filosofía del lenguaje de Ludwig Wittgenstein, el lenguaje crea la realidad de un determinado grupo de seres humanos, mediante la definición de los objetos exteriores para su uso común y las impresiones individuales de adentro hacia fuera para que estas abstracciones (emociones, sentimientos y demás) sean de uso común también.captura-de-pantalla-2016-11-10-a-las-19-46-02

La idea del Hopelandic o Vonlenska es crear un lenguaje que vaya de afuera hacia dentro para comunicarse con uno mismo, un paréntesis entre el océano exterior y nuestra isla interior. Esto sería una paradoja de no ser porque el Hopelandic carece de estructuras harmónicas y se basa en simples y largas vocalizaciones melódicas, completamente libres siguiendo sólo el camino de la misma música, de nuevo afuera hacia dentro de modo que las emociones o la isla interior del escucha sea también completamente libre de la interpretación emocional individual.

Este es el motivo por el cual ni el álbum ni los temas tienen un título. Más allá de la música glacial y los títulos libres de lenguaje, el arte del álbum en su edición original en CD venía en blanco con cada tema, estéril para que el que escuchara el tema escribiera o dibujara lo que él/ella quisiera de acuerdo a lo que sentía al darse este paréntesis de elevada acústica.

La libertad del escucha…

Compartir artículo:
More from Xavier Bankimaro
El hechizo de Patti Smith
Hola Sheba, oye Salomé ¡Hey! Venus, eclipsando mi camino; Su barco, cada mujer...
Read More
Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *