Si algo queda claro en el televisivo 2021 es que nuestros hábitos de consumo han cambiado para siempre. La pandemia y el confinamiento habían ya acelerado el proceso y nuestra transición hacia los servicios de streaming que inició en 2020, se consolidó en este año con la llegada de diversas plataformas a México y al mundo entero. Estamos ante una nueva guerra por el rating, solo que ésta ya no se desarrolla en la televisión abierta, ni siquiera en los sistemas de televisión restringida sino en sitios como Netflix o Prime Video.
El hecho de que plataformas como Star Plus o HBO Max tengan a ESPN o los partidos de la UEFA Champions League dentro de su oferta de programación, es una muestra de que las grandes compañías creadoras de contenido televisivo están iniciando su mutación hacia otros portales. En el caso de la ficción televisiva las plataformas son ya los entes dominantes en el mercado y nada parece que detendrá su espectacular crecimiento. Dicho lo anterior, vamos a la segunda parte de la lista de las series del 2021.
Only Murders in The Building (Hulu)
Steve Martin, Selena Gómez y Martin Short son los protagonistas de una serie que esconde en su subtexto una de las más intensas e interesantes exploraciones sobre la soledad. Tres inquilinos del Arconia -un viejo, gigantesco y lujoso edificio de departamentos, que en sí mismo podría ser un personaje- viven sus vidas en completo aislamiento.
Son tres antihéroes a los que los une una afición: son seguidores de un podcast que versa sobre crímenes. Cuando un asesinato ocurre en el Arconia, la joven y los dos hombres de la tercera edad se embarcarán en una aventura para resolver el asesinato y crear –cómo no– su propio podcast, el cual irá creciendo en popularidad no por la objetividad de su contenido, sino por la honestidad con la que se narran disparatadas teorías que –con un golpe de suerte– pueden arrojar verdad sobre el crimen en el cual se sustentan.
Con una buena dosis de humor negro y con espléndidas actuaciones de sus tres protagonistas, Only Murders In The Building es una mirada al auto aislamiento social y a la necesidad que los humanos tenemos por acabar con él para construir relaciones significativas y duraderas, las cuales pueden iniciar con una afición en común y derivar en el conocimiento del otro y en la empatía que puede llegar a sentirse y desarrollarse por él o ella sin importar limitantes como la edad, el bagaje social y/o cultural, y –tal vez lo más importante– las situaciones emocionales y personales que se esconden bajo el siempre intrigante y revelador mapa del pasado.
WandaVision (Disney+)
Marvel inició el 2021 con el debut de las series que ampliarían narrativamente su espectacular y adorado universo cinematográfico. Lo hizo con un serial dedicado y protagonizado por uno de los personajes más poderosos, pero poco explotado en términos narrativos de la compañía: Wanda Maximoff. A raíz de los efectos traumáticos que le ocurrieron al personaje durante la Guerra de las Gemas del Infinito, la Bruja Escarlata tendrá un episodio emocional que desembocará en la creación de un universo particular en el cual podrá vivir la vida que siempre soñó junto a su amado Vision, una vida que está enmarcada por referencias a la cultura popular, particularmente las “sitcoms” que Maximoff consumió durante su infancia.
Con WandaVision, Marvel abrió las puertas de su nueva fase de historias y comenzó con la introducción del concepto de “multiverso” sobre el cual girarán ahora sus historias. Pero independientemente de lo anterior, Marvel elevó aún más la barra de la calidad argumental y de producción de los programas (e incluso películas) que tratan sobre humanos con poderes extraordinarios, al presentar personajes perfectamente definidos en contextos cambiantes (cada capítulo representa a una época diferente, por lo tanto, el diseño de producción cambia constantemente) y con actuaciones memorables. La química entre Elizabeth Olsen y Paul Bettany y sus fantásticas actuaciones engrandecen aún más la historia de dos personajes que quizá en otra circunstancia pudieron tener un destino diferente.
Besos Al Aire (Movistar)
Una de las características de las series del 2021 es que la gran mayoría optó por presentarnos historias en las cuales el mundo nunca atravesó por una pandemia. Parecería que la televisión –quizá en su intento de que olvidemos un poco la complicada realidad– decidió borrar los cubre bocas, la sana distancia, las muertes por Covid-19 y en general los trastornos sociales, políticos y económicos que la humanidad ha atravesado, para seguir en líneas narrativas empeñadas en contarnos un mundo sin el virus.
La primera gran virtud de Besos Al Aire es que decide contar lo que ha pasado en la pandemia. Ver a actores y actrices presentando a personajes que llevan cubrebocas, que viven en confinamiento y que sufren por la incertidumbre de haber contraído el virus o por la hospitalización de sus seres queridos, es una intensa y necesaria bocanada de realidad. Si bien la miniserie creada por Aitor Gabilondo presenta esos momentos que han hecho de nuestra vida algo sumamente difícil, también tiene la claridad para mostrar lo que la humanidad ha hecho por sus semejantes, lo que hemos cambiado en términos de empatía y solidaridad y cómo somos capaces de encontrar el rumbo en el medio de un océano de adversidades pandémicas.
Ambientada en Madrid en la primavera de 2020, Besos al Aire narra lo que sucede con un enfermero en un hospital que se convierte en el puente entre los pacientes internados en el pabellón de Covid y sus seres queridos que les esperan afuera impedidos para visitarles. Alrededor de Javi (interpretado maravillosamente por Paco Léon) girarán ocho sencillas y bien contadas historias de personas a las que el virus les ha cambiando la vida, con subtextos en los que se habla de violencia de género, de la importancia de la salud pública, del periodismo y del encontrarse a uno mismo y a los demás en el medio de una circunstancia extraordinaria, y sobre todo es una invitación a seguir por el camino de la vida a pesar de el enorme y brutal giro que ésta nos ha obligado a tomar. Una linda y sencilla propuesta de dos episodios que nos devuelve la esperanza de que esto algún día tendrá que terminar.
Succession (HBO)
Ver Succession no es sencillo. Desde el primer episodio uno debe tener en cuenta que no verá a personas virtuosas, empáticas y agradables. No pasarán por la pantalla héroes que salvan al mundo o aquellos que se sacrifican por sus semejantes. Los que desfilan son una serie de hombres -y mujeres- movidos por el interés económico y el poder que éste puede traer consigo, como representación del ocaso de un sistema: el de los medios de comunicación tradicionales en particular y el capitalista en general.
Son personas cuyas relaciones –incluso las más íntimas– están movidas por el interés, que pisotean a quien sea necesario con tal de conseguir aquello que se han propuesto. Uno asiste semanalmente en cada episodio de Succession a una serie de escenas y situaciones tan desagradables que harían que cualquiera desviara la mirada de la pantalla. Y sin embargo ahí estamos, prendidos del televisor en cada uno de los capítulos, con la mirada fija en las situaciones y con los oídos puestos a captar cada uno de los insultos que los personajes se avientan por docena en cada una de las escenas.
El éxito de Succession recae no solo en lo intensa de su historia, en sus espléndidas actuaciones (Jeremy Strong, Kieran Culkin, Justine Lupe y Sarah Snook son maravillosos en esta tercera temporada) o en lo bien escrito de sus guiones, sino en presentar ese espectáculo decadente de un grupo de personas que pertenece a ese selecto club mundial de los que se suponen tendrían que tenerlo todo, pero a los que se les escapan los que tal vez sean los bienes más preciados que tiene la humanidad: la paz, el amor y la felicidad.
Mare of Easttown (HBO)
Mare of Easttown es una mirada al interior de los Estados Unidos, esa parte del país alejada de las grandes metrópolis a las cuales Hollywood suele dedicarle casi toda su atención. Es un viaje a un pequeño poblado de Pensilvania que mantiene dinámicas sociales que lo convierten en algo único. Ese sitio en donde todos se conocen y en donde el pasado no solamente se construye de manera individual sino también colectiva, con las respectivas lozas que ello trae consigo.
Ahí encontramos a Mare Sheehan. Una mujer que ha vivido toda su vida en Easttown y que ha atravesado por una dolorosa situación personal de la cual no ha podido escapar en términos emocionales. Es al mismo tiempo la detective del pueblo, una brillante policía que tiene que enfrentarse muchas veces a situaciones creadas por gente con la que ha convivido desde que nació. Gente que conoce y con la que también ha creado lazos personales que terminan por afectar su desempeño profesional.
Lo anterior será aún más evidente cuando una adolescente –hija de una sus mejores amigas– desaparece y casi al mismo tiempo otra chica es brutalmente asesinada. Los hechos generan un vuelco en la vida de Mare y de todo el pueblo, así que la detective tendrá que batallar con sus propios fantasmas para poder solucionar los casos, eso sin poder evitar el deterioro de las relaciones con aquellos habitantes de Easttown que son tocados por su investigación y las afectaciones que ésta tiene en su vida personal.
Kate Winslet brilla con la interpretación que llega a la mitad de su vida, cuestionándose todo lo que la ha llevado a ese punto. Llena de dudas, se hace constantemente preguntas sobre las decisiones que ha tomado y si a pesar de ellas aún merece tener una vida que le permita recomenzar su búsqueda de la felicidad, y la de aquellos con los que ha compartido su tragedia, aquellas personas cercanas que también han sido afectadas personalmente por la misma. Mare of Easttown es una serie que funciona en varios niveles: es un espléndido thriller policiaco, es una mirada a una población pequeña y a los infiernos que en ella se desarrollan, es un drama familiar y colectivo, pero también es la historia de personas que buscan darle un sentido a su existencia a pesar de haber sido golpeados con dureza por las circunstancias propias e incontrolables que tiene la vida.
Hasta aquí mi recuento anual. Feliz 2022 a todos ustedes queridos y queridas lectoras. En mi columna de la revista Soma, Arte y Cultura seguramente nos encontraremos este año para hablar de cine, televisión, música y alguna que otra pizza.