Al parecer no existen registros de la existencia de la literatura infantil y juvenil, no la que hacen los adultos para los niños y adolescentes, sino la que escriben los talentos infantiles y juveniles. Tampoco parece que existan textos tangibles de esta literatura, la que hacen los niños y los adolescentes, ya sea en publicaciones físicas o electrónicas. Aunque parece que sí existen tales talentos, si bien nadie voltea a mirarlos siquiera.
Efectivamente, no hay, además de publicaciones de esta literatura infantil y juvenil, concursos y premios destinados a los niños y adolescentes talentosos. Más allá de los concursos escolares que esporádicamente ocurren en algunos planteles educativos, no hay continuidad de la creación escrita ni seguimiento de los niños con este talento literario. Por lo general, todo termina en una ceremonia y la entrega de diplomas de reconocimiento. Después de la algarabía, todo vuelve a la cotidianidad, y nadie voltea a ver a los premiados nunca más.
Luego de una búsqueda exhaustiva de textos literarios escritos por infantes y adolescentes, no se ha encontrada nada al respecto. Tampoco fueron localizados programas federales, estatales ni municipales que promuevan la creación literaria o, por lo menos, reconozcan el talento de niños y jóvenes que tengan la inquietud de hacer literatura. Y mucho menos hay publicaciones que incluyan textos literarios hechos por niños y jóvenes; en las librerías, sólo existen los libros de literatura infantil y juvenil hechos por los adultos para la infancia y la adolescencia.
De modo extraordinario, por lo dicho arriba, el 25 de abril de este año, fueron presentadas las plaquettes de dos escritoras, una de diez años y la otra de diecisiete. La presentación pública ocurrió en la biblioteca central Manuel Cepeda Peraza, en el centro de Mérida, y tuvo una asistencia respetable. Con el apoyo de la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán, a través de su departamento de Fomento Literario y Promoción Editorial, fue posible contar con el espacio y desarrollar las actividades propias de este tipo de eventos.
La plaquette de Valentina Álvarez Aldana, de 10 años, intitulado Sofía, una niña exploradora, contiene un solo cuento con varias escenas, a través de las cuales el lector es conducido con gran ligereza hasta el final del relato. La temática de su historia, a pesar de su carga abstracta, ya que se trata de Los Valores, sirve de leitmotiv para el desarrollo de los acontecimientos. Y respecto de los personajes, éstos corresponden a su mundo inmediato, el familiar y el comunitario. No cabe duda, por otra parte, que el lenguaje es sencillo, directo y traslúcido.
En cuanto a la plaquette de Fernanda Ávila Guillermo, de 17 años, bajo el título Los collares que rompí y otros cuentos, incluye cinco cuentos cortos de diversos temas. Obviamente que la temática de cada uno de sus relatos corresponde a la visión adolescente ante la vida y sus diversos aspectos. De lo más relevante en estas creaciones literarias, destacan varios aspectos. Por ejemplo, en la estructura con que armó el cuento El baño, resalta la “caja china” que utilizó para contar una historia dentro de otra.
Otro aspecto relevante en los cuentos de Fernanda, está en el uso del lenguaje, como ocurre en la historia de Querubines, donde sobresale el lenguaje que utilizan las personajes argentinas que participan en la historia, es decir, la forma de usar el español en su peculiar acento agudo. Así también, se distinguen los personajes inertes que aparecen en el cuento Volteen, ya que no son personajes comunes sino simbólicos. Y así, otros aspectos destacables de estos primeros cuentos de Fernanda Ávila.
Resultó muy interesante que, durante la presentación, las escritoras contestaran algunas preguntas del público e hicieran algunos comentarios sobre sus obras por primera vez en su vida, aunque con un aplomo inusitado. También fue destacable que, al final de la presentación, la gente adquiriera los ejemplares de una y otra plaquette, y que cada una de las escritoras escribieran dedicatorias y las firmaran a los interesados. Y respecto del brindis de honor por la presentación, fueron servidos refrescos, aguas frescas y bocadillos para niños, todo amenizado por un DJ con música infantil y juvenil.
No cabe duda de que hacen falta programas públicos, federales y estatales, que promuevan la literatura creada por niños y adolescentes, que impulsen los talentos infantiles y juveniles, que publiquen las obras de éstos y las difundan por todos los medios. Si en la infancia y la adolescencia hay talento para la literatura, de seguro lo hay también para las artes visuales, las escénicas, y demás expresiones artísticas. No habrá que olvidar que el arte nos hace más creativos ante cualquier escenario, ya sea positivo o negativo.
Y si los gobiernos federal, estatal o municipal están realmente interesados por la formación de los futuros ciudadanos, en espera de que éstos sean críticos y creativos, habrá que voltear a mirar a los niños talentosos y los adolescentes propositivos y acompañarlos en todo momento de su desarrollo literario o artístico. Así mismo, apoyarlos en sus necesidades formativas y materiales en los campos artísticos en los que están interesados en expresarse. No sólo leer, en el caso de la literatura, o mirar, en el caso de las artes visuales, causa placer, sino también la creación literaria y artística lo produce.
