Estando aún de visita por en Inglaterra, gracias a la fuerza de la tecnología me llegaron dos mensajes de amigos mexicanos que, enterándose por mis publicaciones en redes sociales, me encontraba allá en la mítica Liverpool, hogar de Los Beatles, lo cual em confirmó que este fenómeno en México sigue vivo de manera orgánica.
El primero de esos amigos lamentaba la histórica decisión de un político mexicano que prohibió la visita del cuarteto a la capital mexicana, adjuntando la fotografía de una banda de viento del estado de Oaxaca con la leyenda “Adiós a los Beatles”. Lo que parecía un “meme”, en realidad era un reconocimiento a los llamados “melenudos” donde decía: no se sabe con certeza si fue John y Harrison , o John y Paul, los que llegaron a México y viajaron a Oaxaca para conocer a la chamana María Sabina y probar algunos de sus hongos curativos.
Se dice que al poco tiempo de ese encuentro, apareció una banda regional con el nombre de La Banda Plástica de Tepetlixpa, interpretando temas populares de The Beatles. Según José M. Silva, director de la banda, cuenta que durante el trayecto hacia Oaxaca en ese municipio ofrecieron a los Beatles mole, pulque, nopales y totopos como parte de una recepción. Que en 1971 La Banda Plástica De Tepetlixpa lanzó un curioso álbum titulado “Adiós a los Beatles”; realidad o leyenda, no lo sé, pero lo que sí consta es la existencia de 10 covers del popular grupo interpretados magistralmente por dicha banda. Recomendándonos escuchar este álbum al menos una vez, para sentir la pasión, humildad y cariño con el que fue hecho.
El segundo mensaje, se trataba de una invitación para asistir al 4to festival de Beatles en el sureste mexicano, en la Ciudad de Mérida, Yucatán, los días 27 y 28 de enero; programado en la Casa de la Cultura del Mayab, con un extenso programa de grupos tributo (Monkberrys, Destellos Acústicos, Los Traviesos, Mannelo Salas, La Caverna y sus amigos, Yanina y Rachel, etc), exposición y venta de productos, proyección de películas, conferencias y testimoniales.
Invitación que recibí del amigo, escritor y conductor de la radio cultural libre, 69 Opichén Radio, Rígel Solís, promotor de arte local; quién junto con David Noé Ávila Montalvo, líder, promotor, adicto beatlemaníaco desde su adolescencia (como él se hace llamar) y dueño de la Caverna Club de Mérida, organizaron este evento, arropados con la sabiduría amorosamente femenina de Yanina y Rachel, dueto de quienes promueven con su pasión emocional la música, la cultura y el amor por los Beatles, con su grupo de rock y su programa semanal de radio Club de los Escarabajos. Amorosos seres, quienes supongo con muchos apoyos más que desconozco, organizaron este evento.
Soporté con placer el jet lag y la resaca del desayunar, comer y cenar Beatles en el Reino Unido, para asistir a dicho evento y confirmar que la música del cuarteto sigue permanente en el mundo (y por supuesto Yucatán no es la excepción). La transmisión de un lenguaje universal que tiene que ver con los sentimientos y emociones más comunes de la humanidad: el amor, la amistad, la soledad, el diálogo, las crisis existenciales y su dificultad para el equilibrio interior.
El amor como discurso mundial en contra de la violencia, lenguaje tan necesario en cualquier momento de nuestras vidas o de la vida de nuestra nación. El diálogo como alternativa ante la fugacidad de la vida es notoria en sus letras y en nuestras necesidades humanas. El peso de la memoria y los recuerdos y hasta las condiciones climáticas en nuestros estados anímicos, son los fundamentos de las canciones de los Beatles.
Todos los que conocemos su música, tenemos asociados a ella momentos memorables, la expresividad de sus instrumentos, las metáforas afortunadas de sus letras o algunas de sus magníficas interpretaciones vocales. Unos preferimos la simplicidad ingenua de las canciones de su primera época; otros el equilibrio de su fase intermedia, o aquellos que aprecian la modernidad comedida de sus últimas creaciones.
Pero creo todos somos capaces de identificar un “sonido” y un “mensaje” Beatle, que configura una calidad y una popularidad que por el momento permanece intacta desde su disolución. Quizás la explicación de todo ello sea que consiguen transmitir los sentimientos más universales a través de unas interpretaciones musicales llenas de sencillez y eficacia, como bien refiere el profesor Jaume Aurell.
Desde la sociología y la psicología, la mejor explicación de su permanencia y éxito es que en sus letras siempre está la búsqueda de la solución a los problemas por vía del amor y la paz, algo que sobresale en una época como la suya, tan llena de contradicciones culturales y de tensiones políticas, al igual que la nuestra.
Los músicos expertos, sin duda enriquecerán y darán otra lectura desde su óptica particular a esta postura. Y aunque al fin y al cabo quizás la música de los Beatles no es para teorizar, sin duda es para escucharla con oído y corazón atento; lo cierto es que despierta emociones escondidas, aflorando en forma de un feliz y suave llanto, como decía Paul McCartney: “La música es como un psiquiatra, a la guitarra le podrás contar cosas, que no le puedes muchas veces contar a la gente”, y yo complemento diciendo que la gente entenderá y será una fuente sanadora.
No sé tú, pero soy de esas ilusas que siguen pensando que ALL YOU NEED IS LOVE…
