Con dos obras maestras de la música del siglo XIX, la Sinfonía No. 3 en mi bemol mayor Op. 55 de Ludwig van Beethoven (1770-1827) y Muerte y Transfiguración, Op. 24 de Richard Strauss, la Orquesta Sinfónica de Yucatán presentará este fin de semana el octavo programa de su XXXI temporada de conciertos. Con el maestro Juan Carlos Lomónaco en el podio, la máxima agrupación musical del estado de Yucatán avanza en su consolidación como institución cultural con el respaldo del Patronato, el público que acude a los conciertos y el gobierno del estado que encabeza Mauricio Vila Dosal.
La presidenta del patronato, Margarita Molina Zaldívar; el director general del Fideicomiso Garante de la OSY, Miguel Escobedo Novelo, y el titular artístico de la orquesta anunciaron sendas presentaciones el 29 y 31 de marzo en el Teatro Peón Contreras con las obras de reconocidos autores alemanes. Del compositor Richard Strauss (1864-1949), la OSY interpretará uno de los poemas sinfónicos más bellos del postromanticismo musical, Muerte y transfiguración, op. 24, compuesto en Múnich, Alemania, entre 1888 y 1889, y estrenado en Eisenach el 21 de junio de 1890 bajo la batuta del propio autor.
Juan Carlos Lomónaco explicó que Richard Strauss es un compositor representativo del poema sinfónico, tal como lo habían concebido Héctor Berlioz y Franz Liszt, que establecían un compromiso entre la poesía y la música, resuelto, eso sí, a favor de esta última. La idea literaria de la composición musical de Strauss reside en el más grande de todos los dramas: la muerte y su significado, lo que hay más allá de ella. El opus 24 nos presenta la victoria del espíritu humano por sobre la muerte inexorable del cuerpo. El propio Strauss dejó apuntes sobre esta partitura que es infaltable en el repertorio de una orquesta sinfónica: “Se me ocurrió la idea de representar en un poema sinfónico la muerte de una persona que había luchado en pos de los más altos ideales, por lo tanto muy posiblemente un artista”.
Respecto de la Sinfonía No. 3 en Mi Bemol mayor Op. 55, Beethoven la compuso entre mediados de 1803 y mayo de 1804 como una entusiasta evocación de Napoleón Bonaparte, cuando éste era todavía primer cónsul. Al conocer el Sordo de Bonn que Bonaparte se había hecho coronar emperador, lleno de indignación rasgó la cubierta de la partitura en la que constaba el apellido del Gran Corso y la dejó titulada de este modo: “Sinfonia eroica composta per festeggiare il sovvenire d’un grand’uomo” (Sinfonía Heroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre).
La primera audición privada de esta obra tuvo lugar en agosto de 1804 en la residencia del príncipe Lobkowitz y el estreno en público ocurrió en el Teatro An der Wien el 7 de abril de 1805. Con esta arrebatadora sinfonía, que es un verdadero poema musical, se precisa con vigor extraordinario el carácter definitivo de Beethoven, presentido en su sinfonía precedente. La revista de música clásica de la BBC realizó una encuesta entre 151 maestros para elegir las mejores sinfonías de la historia y el Sordo de Bonn encabeza el top ten con la No. 3 y la No. 9, Mozart ocupa el tercer puesto con su Sinfonía No. 41. El bohemio-austríaco Gustav Mahler cuenta con tres sinfonías en el ránking, Brahms con dos y Tchaikovsky y Berlioz con una.
Los boletos (a precios de 80, 150, 200 y 250 pesos) para ambos conciertos están disponibles en las taquillas del teatro o bien en compras en línea a www.sinfonicadeyucatan.com.mx