Una charla con el barítono que participó en “Carmina Burana” con la OSY.
El barítono mexicano, Enrique Ángeles Arce, retornó en diciembre a Mérida para cerrar la temporada XXX de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) con la puesta de la cantata Carmina Burana del compositor alemán Carl Orff. En entrevista exclusiva en Ciudad de México donde reside, el barítono refirió que desde el mes de septiembre lo contactó Juan Carlos Lomónaco, director concertador de la OSY, para interpretar la parte correspondiente a su tesitura. Explicó que el barítono es el que canta la mayor extensión de la obra compuesta de 25 canciones en latín y alemán, la cual exige un alto grado de trabajo vocal, debido a que se encuentra en el extremo de la tesitura. Apuntó que no es la primera vez que interpreta Carmina Burana, en 2016 se presentó en el Palacio de Bellas Artes y en 2017 en el Auditorio Nacional.
Enrique Ángeles dijo sentirse complacido de haber actuado en Mérida bajo la batuta de Juan Carlos Lomónaco, ofreciendo su arte al público peninsular que gusta de la cultura y de verdaderas obras maestras. Recordó que su debut en la capital yucateca fue en 2011cuando interpretó a Julián en la zarzuela “La verbena de la paloma”, en el Teatro Armando Manzanero. En 2013, fue Schaunard en La Bohemia (G.Puccini). 2014 la Novena Sinfonía de Beethoven. En 2015, Fígaro en la ópera bufa “Las Bodas de Fígaro” de Wolfgang Amadeus Mozart, las tres con la OSY en el Peón Contreras.
En 2017, el barítono estuvo dos veces en Mérida: en el Teatro Fantasio con los roles de Escamillo y Zúñiga en la ópera “Carmen” del francés Georges Bizet, producción de Ópera, Cultura y Escena A.C. y en el Peón Contreras para interpretar a Tonio y a Silvio en la ópera “Pagliacci” del compositor italiano Ruggero Leoncavallo. En 2013, interpretó los mismos papeles en el Teatro Ángela Peralta de San Miguel de Allende, bajo la dirección de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes.
Enrique Ángeles se reconoce como un cantante de ópera nacional. El Palacio de Bellas Artes ha sido su escenario en diversas óperas y roles: “La Fanciulla del West” (G.Puccini), “Turandot” (G.Puccini) y “Stiffelio” (G.Verdi). Asimismo, en óperas de compositores mexicanos como: “La Mulata de Córdoba” de Juan Pablo Moncayo. “El Pequeño Príncipe”, “El Juego de los Insectos” y “Antonieta”, las tres del compositor Federico Ibarra. Así como la ópera “La Güera Rodríguez” de Carlos Jiménez Mabarak. Se ha presentado en varios estados de la república y teatros como: El Auditorio Nacional, Teatro Degollado, Centro Nacional de las Artes, Ollin Yoliztli, Teatro de la Ciudad, entre otros.
Enrique Ángeles se asume autodidacta. Desde niño sintió el gusto por la música y no por algún modelo familiar, ya que es el único que se dedica al arte. Aprendió a tocar por sí mismo varios instrumentos como el saxofón, guitarrón, trompeta, guitarra, bajo eléctrico, entre otros instrumentos. A los 17 años interpretaba con su acordeón música popular, es así que, de manera fortuita, platicando con un comerciante ambulante lo invita a pertenecer a un grupo de la iglesia donde él tocaba la guitarra, con la promesa de enseñarle a dominar el instrumento de manera profesional.
Posteriormente se inscribió a la Escuela Superior de Música a clases de piano con el objetivo de ejecutar mejor su instrumento predilecto: el acordeón. Su falta de instrucción académica lo hizo desertar de las clases y a recomendación de sus maestros se inscribió a clases de canto para tener conocimientos teóricos y poder aprender a tocar el piano. Es en esta búsqueda que Enrique comienza a cantar sin mucho éxito al principio, debido a que su maestra de canto le asignaba arias de tenor, error que le costó varios años y muchas frustraciones al no alcanzar los agudos. Su constancia finalmente lo colocó en la tesitura adecuada para el registro de su voz: bajo-barítono, en donde logró alcanzar esos agudos que hasta ese momento no había tenido. Su carrera comenzó a despuntar en la ópera nacional, misma que ha ido en ascenso desde aquel entonces.
El cantante revela que tiene su propia técnica de aprendizaje resultado de sus años autodidactas en la música: la basa en el análisis y la observación. El perfeccionamiento lo ha logrado en el escenario donde para él, si bien es importante la técnica, es más importante que su canto despierte los sentimientos del público, es por ello que se enfoca en la sensibilidad del espectador. Enrique reconoce que ser cantante de ópera en México tiene sus pros y sus contras. Uno de los beneficios es el clima, ya que los países europeos son muy fríos, aunque las desventajas son varias como que no hay un teatro de ópera propiamente, además de que tienes que ser artista y tu representante al mismo tiempo.
Finalmente, acotó que el sueño de todo barítono por la demanda vocal que exige, es interpretar “Rigoletto” (G. Verdi), ópera basada en la obra teatral “El rey se divierte”, del dramaturgo francés Víctor Hugo. En este sentido, dio a conocer que el tiempo llegó y será el 8, 9 y 10 de febrero de 2019 cuando encarnará el rol principal de mencionada ópera en el Teatro Ángela Peralta. La personalidad, físico y temperamento de Enrique Ángeles, se adecuan para la caracterización de personajes dramáticos, los cuales privilegia en vez de los cómicos. Al día de hoy es uno de los cantantes más reconocidos y solicitados en el género operístico del país.
Enrique Ángeles fue ganador del Premio Bellas Artes y FONCA en el concurso Carlos Morelli en 2010. Asimismo fue semifinalista en los concursos Competizione dell Opera (2006 y 2007) y Neue Stimmen (2007), en Alemania. Estudió canto en el Francesco Venezze Conservatory en Rovigo, Italia. Ha recorrido varios continentes con conciertos en: Francia, Italia, Corea del Sur, Portugal, España, Letonia, entre otros.
