Carambola a tres bandas: una charla con Béla Braun

Béla Braun (CDMX, 1977) es periodista, músico y escritor mexicano. Con motivo de su más reciente libro "Solo que Marla no volverá" (Editorial Dárcena, 2020), nuestra colaboradora Anahí García Jáquez charló con él brevemente.

Béla Braun (CDMX, 1977) es periodista, músico y escritor mexicano. Publicó por primera vez en 1989 y desde entonces ha colaborado en las revistas Punto de Partida, Picnic, Travel & Leasure, Marvin y otros medios nacionales e internacionales con poesías, crónicas, reportajes, entrevistas y ensayos. Con motivo de la publicación de su novela “Solo que Marla no volverá” (Editorial Dárcena, 2020), nuestra colaboradora Anahí García Jáquez charló con él brevemente:

¿Podrías hacernos una pequeña sinopsis de la trama?

Un jugador de billar a tres bandas, que vive de la venta de artículos relacionados con este juego, nos cuenta la historia de su amor con Marla, una joven que desaparece misteriosamente. El protagonista, cuyo nombre nunca conoceremos, se embarca en una aventura por el bajo mundo en busca de su amante, convencido de que ha sido secuestrada por una banda de tratantes de personas.

 

¿Qué te llevó a abordar el tema de la trata de mujeres?

El verdadero tema de la novela no es ese (tampoco el billar), sino el amor sexual como vehículo para desgarrar la realidad, como herramienta mística. El tema de la trata de personas se reveló conforme escribía la novela, conforme el personaje principal me iba contando su historia. Cuando su amante desaparece, él se ve impelido a buscarla, y ya que la novela ocurre en México (aunque eso nunca se dice explícitamente en el texto), donde miles de mujeres son secuestradas y traficadas como mercancía para ser explotadas sexualmente, a él se le ocurre que debe sumergirse en ese mundo para encontrarla.

 

¿Tu oficio como periodista te ayudó al investigar sobre el tema?

No. Respeto y he practicado el periodismo por más de 20 años. También respeto a la literatura de ficción y no me gusta mezclarlos. Capote hizo un trabajo insuperable al novelar una historia real en A sangre fría, uno de los textos fundamentales del siglo XX. Luego, hemos visto toda clase de esperpentos que surgen de esa necesidad de algunos escritores de invadir el terreno del periodismo… y viceversa. Yo no investigo para escribir ficción. Por eso elijo ambientes que me son conocidos para situar en ellos mis novelas. Es el caso del billar a tres bandas de la Ciudad de México. Antes escribí la historia de un ajedrecista porque de niño competí en ese deporte y sé de lo que estoy hablando. Conozco la mente del ajedrecista, el lenguaje que se utiliza en ese microcosmos, las preocupaciones esenciales de los practicantes.

En el caso del billar, es un juego que amo y practico desde hace pocos años (o practicaba, porque desde que comenzó la cuarentena, los billares están cerrados). Yo quería escribir algo sobre billar, sobre todo, para inmortalizar a varios personajes que conozco y que me parecen maravillosos. Así que cuando comencé a escribir Solo que Marla no volverá, me pareció natural que el protagonista se moviera en esos ambientes. Todo lo que sé sobre trata de mujeres se lo debo al periodismo que han hecho otros, como Óscar Balderas o Lydia Cacho. En mi novela, sin embargo, no se hace un tratamiento realista de ese problema horroroso. Es una aproximación completamente literaria que apela mucho más a la imaginación y lo simbólico.

 

¿Cómo fue para ti el escribir una novela negra?

Yo no me propuse escribir una novela negra. Aunque mis editores en Drácena (extraordinaria editorial independiente española) promueven mi texto como una novela negra, yo lo concibo más como un thriller porno. Sin embargo, a mí me encantan las novelas de aventuras. Crecí viendo películas gringas donde el héroe se enfrentaba a un contingente imposible de villanos armados y siempre vencía. También leí novelas de acción y misterio irrefrenable. Muchas. Ahora mismo pienso en Plata quemada y en El complot mongol. Esta última, sin duda, una de mis novelas favoritas. Cuando comienzo a escribir una novela sé muy pocas cosas, pero una de ellas es, sin duda, que en ella habrá aventuras, acción, misterio.

¿Qué encontrará el lector en tu libro?

Primero que nada, un sentido del humor muy negro. También mucho ritmo, una historia vertiginosa que no da tregua. Lo más importante, creo yo, es que descubrirá un lenguaje que no conoce, un universo que solo le es afín a los jugadores de billar y que, leído desde afuera, detona cualquier cantidad de imágenes en la mente del lector. Si no juegas billar y lees cosas como “tiró una pata de gallo” o “hizo un tiro a dos vueltas pero se quedó tapado” te puedes imaginar lo que sea.

Me parece que esa es una virtud del texto y que es refrescante, ahora que a todo mundo le da por escribir como si lo hubieran traducido en Anagrama para toda América Latina. También encontrará una reivindicación del amor romántico, del derecho a volverse loco por alguien más; de construir una barrera de protección contra el mundo; de anular al mundo en los brazos del ser amado; de convertir el sexo más brutal en una herramienta de confección de nuevas realidades.

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