Los Dandy Warhols: el vuelo, la caída y Distortland

Después de llegar a la luna, de caer en llamas y estrellarse en la Ciudad de México en su noche más oscura, los tripulantes de la nave warholiana rearmaron la máquina de sonido y volvieron a despegar hacia Distortland. Escucha el disco mientras lees, dale click aquí: http://bit.ly/2ai76Oo

 En la era grunge, los DW eran un grupo de garage psicodélico con causa: revolucionar el folk y el pop, como lo declaran en el documental de Ondi Timoner, DIG!, en el que alternan con sus comadres los Brian Jonestown Massacre. Hoy tocan esta suma de música americana (blues, country, bluegrass), psicodelia y electro pop con la que ascendieron a los más elevados planos rockeros. Ahí está el ascenso estelar entre los dos siglos: Dandys Rules OK?, Come Down, Thirteen Tales from Urban Bohemia, Welcome to the Monkey House, Come On Feel The Dandy Warhols y The Black Album. Jamás han vuelto a brillar como estrellas.ctt.live_.portland.01

Después de Odditorium or Warlords of Mars la nave se descarriló de su órbita. Una caída más cabrona que la de Gravity los trajo de vuelta: Earth to the Dandy Warhols, The DW Are Sound y This Machine fueron discos de lastre. Apenas tienen buenas canciones y ninguna memorable, lo que se percibe es cansancio y desgaste a lo largo y ancho de cada uno. Quizá fue distracción. O diversificación. Con los 1.5 millones de dólares que se embolsó por las regalías de Bohemian Like You, usada en comerciales, series y películas, Courtney Taylor-Taylor montó el Odditorium. La bodega ocupa una cuadra con escenario para conciertos, bar, estudio de grabación y set para filmar cortos y videos. Además, en 2009 publicó la novela gráfica One Model Nation con el caricaturista e ilustrador Jim Rugg. Su desplome en llamas y el impacto con la Tierra lo atestiguamos en la Ciudad de México durante un concierto técnicamente desastroso que se les fue de las manos en 2015.

Cuando sus cenizas todavía humeaban renació el cuarteto de rock alucinante que conocimos. Grabaron las canciones en el sótano warholero con una grabadora de los ochentas y en seguida la cinta fue mezclada por el productor Jim Lowe (Charlatans, Herbie Hancock, Stereophonics, Manic Street Preachers), quien conservó la pátina lo fi como un fantasma melancólico que recorre el disco al girar. Distortland mantiene la bonita costumbre de escuchar un disco completo, no canciones fragmentadas en un playlist sin mas contexto que un click. Por supuesto, hay versión vinilo, con sus Lados A y B, en el que cada canción cae naturalmente, casi flotando, y se acopla con suavidad a las demás para integrar un universo de sonido. Regresaron a sus raíces desde la portada, una fotografía panorámica de su natal Portland. De ese rescate emocional se trajeron el bajo eléctrico y a su primer baterista, Eric Hedford, para tocar ocasionalmente.

Zia McCabe

Son demasiadas canciones buenas. Search Party es como una bocanada de aire antes de sumergirse en la gelatina espesa de Semper Fidelis, especie de electro rock guiado por las pulsaciones de un sintetizador colosal. La rocanrolez de Pope Reverend Jim es una cruza atonal entre el rockabilly y el techno (¿technobilly?). La voz de Taylor-Taylor se oye fatigada, dulce y pacheca, a veces casi un susurro; en cambio, Pete Holmstöm vuela como bruja montado en su guitarra cósmica.

Los dos sencillos son breves melodías que desembocan en las canciones más redondas de Distortland, enganchan a la primera y se quedan impregnadas en la cabeza: STYGGO alcanza a rozar la perfección pop, sencillez musical sin defectos. La más elemental de las tonadas en la guitarra, un ritmo funky ligeramente disco, un coro irresistible y adherible (Do-do-do, Do-do-do, Do-do-do, Do-do-do…), un solo de Pete Holmström bellísimo y discreto, con esas congas que no dejan de saltar atrás, y el homenaje a Tommy James and the Shondells con el que inician y finalizan: “Crimson and clover are taking on over”. Una canción mágica en la que caben todos esos elementos tan disímbolos que se pasea cual endorfina feliz silbando por el cerebro. El otro sencillo es You Are Killing Me, de nuevo la guitarra rítmica que desata una nube shoegaze al fondo y los tecladitos supersónicos al frente. La versión acústica es una delicia y el video es una joya, lo dirige Mark Helfrich con el célebre actor del under warholiano, Joe Dallesandro, interpretando a un novelista atormentado.pgh.live_.scotti.01

En otros discos le han dedicado canciones a los bigotes de Nietzsche y a las barbas de Dostoievski, el escritor de moda entre los hipsters. Ahora le tocan una cadenciosa melodía a Salinger con una rueda eléctrica y otra acústica, Catcher In The Rye tiene la musicalidad de un paseo en bicicleta. Aquí es cuando Holden Caulfield se aleja pedaleando de Allie, su hermano muerto. La otra canción que raya en la fantasía es Doves, un homenaje a David Bowie, quien los invitó a tocar en un concierto White Light / White Heat antes de llevarlos como abridores de su gira 2003, A Reality Tour. Pero Doves no es un cover (como sí lo son Jean Genie, Hells Bells de AC/DC, Call Me de Blondie, She Sells Sanctuary de The Cult), aplicaron la misma que con Bohemian Like YouStreet Fighting Man, tiene todo el DNA de Heroes. Existe la sensación de estar escuchando a David Bowie en un sueño, sólo que en lugar de los delfines son palomas en un cielo de sonido creado con las guitarras, el sintetizador de Zia McCabe y sus armonías vocales. Y para rematar, dos baladas acústicas, Give y The Grow Up Song, la canción final cuya última línea es: “I’m too old for this shit”. Entonces todo termina de golpe y se va a negros. Un discazo.

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