Lo que ya sabías -y lo que no- del icónico disco de The Beatles
El día de ayer se conmemoró en todo el mundo el 50 aniversario de la salida del Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band, icónico álbum de The Beatles que, en realidad, vio la luz el 26 de mayo de 1967 en el Reino Unido y el 1 de junio en USA. Lo cierto es que, sin importar la fecha, probablemente todo el año se escriban ríos de tinta en torno a este disco, probablemente el más influyente en la historia de la música pop.
Y con esto no digo que sea la mejor producción musical de la historia, pues ni siquiera es el mejor del cuarteto de Liverpool (en lo personal, me agrada más el Álbum Blanco), sino que sus esferas de influencia van más allá: 129 días, 700 horas de grabación y un esfuerzo monumental les tomó a los productores para engendrar una maravilla que fue un parteaguas del rock. Aquí muchos podrán argüir que tal o cual cosa ya se había hecho antes, mas fue la primera vez que todo confluyó en un solo producto artístico que lo mismo combinó adelantos tecnológicos en cuanto a la forma de grabación, que unidad conceptual, diseño gráfico, propuesta artística, experimentación, mercadeo, etc.
La famosa portada
La portada de Peter Blake y Jann Haworth, casi tan famosa como la música contenida en el disco, originalmente fue encargada a un grupo artístico llamado The Fool, pero Robert Fraser, su representante y galerista, les sugirió que usaran a un “buen artista”, un profesional, para hacer la portada en su lugar. La idea les gustó y así fue como Blake se sumó al proyecto, según cuenta él mismo:
Paul y John me dijeron que debía imaginar que la banda acababa de realizar un concierto, tal vez en un parque. Y entonces se me ocurrió que podríamos tener a una multitud de pie detrás de ellos, y esto evolucionó en la idea del collage. […] Como había mucha gente viva en la lista, Brian Epstein le pidió a su asistente que les escribiera a todos. Mae West contestó “No, no estaré en ella. ¿Qué haría yo en un Club de corazones solitarios? Pero The Beatles le escribieron personalmente y ella cambió de opinión.
La foto fue tomada por Michael Cooper, conocido fotógrafo y socio de Fraser, así que él fue comisionado para hacer la sesión el 30 de mayo de 1967, la cual duró alrededor de tres horas, incluidas las fotos de los interiores y la contraportada. Algunos personajes que quedaron fuera de la lista fueron Jesús y Hitler. Pero esto fue unos meses después de la polémica suscitada por Lennon en USA acerca de que ellos eran más famosos que Jesús, así que la EMI decidió irse por lo seguro para no herir más susceptibilidades.
Pero también hay elementos mexicanos en la portada. Cuenta la leyenda que el actor mexicano Tin Tán fue invitado a aparecer, mas éste declinó y en su lugar pidió que colocaran un candelabro de cerámica artesanal representando El árbol de la vida de Metepec. Cierto o no, otro de los mitos es que el colorido vestuario de la banda fue creado por el diseñador mexicano Manuel Cuevas, quien en su tiempo tuvo oportunidad de vestir a Elvis Presley y Johnny Cash.
¿Y la música?
“Los Beatles insistieron en que todo en el Sargento Pimienta tenía que ser diferente”, dijo Geoff Emerick, ingeniero de sonido reclutado por el ya legendario productor George Martin: “así que todo estaba o distorsionado, pesadamente comprimido o tratado con excesiva ecualización”. Influenciados por las drogas y la psicodelia de la época, corte tras corte se constituye como un continuum musical que se interrelaciona, sin pausas, como una descarga brutal de lisergia incluso hasta la última toma.
En “A day in the life” John Lennon había incluido la broma de poner en el borde final del vinil un balbuceo cortado, editado y vuelto a pegar en 15 segundos de un tono kylocíclico puesto ahí especialmente para irritar a cualquier perro que estuviera cerca, de tal manera que el que no tuviera una consola automática se quedara pensando ¿qué diablos es eso? al encontrarse con un ruido reproducido ad infinitum.
Otra de sus innovaciones fue el hecho de incluir la letra de las canciones en los interiores, cosa que no se hacía ya que en ese entonces las letras se comercializaban aparte en cancioneros, por cuestiones de mercadotecnia. Sea como sea, se sabe hoy en día que el álbum fue concebido obsesivamente por Paul McCartney que, en un arranque de genialidad y harto de la fama, visualizó algo que ya no eran Los Beatles, sino una agrupación llamada Sargento Pimienta y su banda de corazones solitarios. El resto, como dicen, es historia.
*Una versión abreviada de este texto apareció en Milenio Novedades el sábado 3 de junio de 2017.
Excelente artículo. Este es uno de los temas más apasionantes para millones de seguidores de The Beatles y la verdad sea dicha, jamás habrá algo semejante. Cuesta trabajo comprender cómo fue que de la misma ciudad surgieron estos músicos irremplazables, con una creatividad sin precedentes demostrada de fondo y de forma, al punto de que valdría decir – con el perdón de muchos – que el tiempo también se puede referenciar como “AB” o “DB”.
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Más que ser el disco más influyente en la historia de la música pop (yo diría uno de los más destacados del rock pop), fue una obra que alcanzó un clímax del que se desprendió un anticlímax orientado, por un lado, al rock progresivo y, por otro, al punk rock.