No recuerdo bien si eran las vacaciones de semana santa del año 2002 o 2003; me encontraba en la playa, en el puerto de Chelem para ser más específicos y como cada noche, un grupo de amigos y yo nos dirigíamos a la feria localizada en la plaza central del pueblo donde generalmente cenábamos y jugábamos fútbol de mesa. Siguiendo nuestro camino habitual hacia la feria, nos topamos con una conglomeración de gente que estaba reunida en una especie de local que en todos los años que fui a Chelem, siempre estuvo cerrado; el local tenía pinta de haber sido una especie de cantina o restaurante.
Decidimos acercarnos a ver lo que estaba sucediendo y nos topamos con una gran sorpresa, ya que se trataba de una tocada y en esa época mis amigos y yo éramos aficionados de la música (algunos de nosotros, incluyéndome; luego elegimos profesionalizarnos en el arte), y a nuestros escasos quince años de edad (en aquel entonces) nuestro conocimiento de la escena musical local era prácticamente nulo y las únicas bandas que habíamos visto en vivo eran las de nosotros mismos sin mencionar la pobre calidad musical que teníamos en esos tiempos debido a que nos apasionaba hacer música aunque no supiéramos nada de lo que estábamos haciendo.
Nos adentramos en ese local de mala muerte y nos topamos con una banda que tocaba una mezcla de ska y reggae (que eran los géneros de “moda” en ese entonces) combinándolos con un poco de punk y un funky súper sabroso que nos tenía a todos los asistentes bailando sin parar mientras nos rolábamos las caguamas (que ya te hubiera crecido la barba a los 15 años traía muchos beneficios y uno de los más importantes era que podía comprar cerveza sin que me pidieran mi identificación).
No teníamos la menor idea de cómo se llamaba ese grupo que nos mantuvo cautivados toda la noche, pero afortunadamente la banda regaló discos durante el evento (les estoy hablando de una época incluso anterior al MySpace) y pudimos ponerle nombre a ese conjunto de gente que nos estuvo volando el cerebro toda la noche. Se trataba nada más y nada menos que de Los Atómikos Astrorrumberos, nombre que además quedaba más que perfecto para la música que estuvimos escuchando esa noche.
El disco fue soundtrack de nuestra adolescencia y aprovechábamos cada reunión para meterlo en el estéreo y cantar y bailar junto con Los Atómikos; pero graciosamente nunca supimos qué fue de ellos porque jamás los topamos de nuevo en ningún evento. Luego de un rato de silencio, de varios ajustes de integrantes, y de residir en la ciudad de Tijuana, Baja California por un buen rato; de entre las cenizas de los Atómikos surgió un nuevo ente musical; El Astro de la Rumba renace a cargo de Jacob, Fernando, Luis y Carlos que está sonando por todas partes del sureste con una nueva mezcla de dub/stoner rock/punk pero sin negarse a sus raíces.
El Astro de la Rumba ha estado bastante ocupado últimamente aunque no hayan estado tan presentes en la escena local. Tienen ya dos materiales que se pueden escuchar en spotify que incluyen canciones clásicas y material nuevo que contiene esa misma vibra que hizo que me enamore de ellos en aquel concierto en Chelem y verlos en vivo transmite pura buena vibra y energía positiva. Entre mis tracks favoritos están “The Wizard Man” que es una mezcla de ska con punk que te va a sacar ampollas en los pies de tanto bailar, “A la Orilla del Mar” ; un reggae playero de esos que se bailan suavecito y te transportan instantáneamente a la costa. También no puedes dejar de escuchar “Huesos de Tigre” que es un hardcore-punk con un puente que te baja de tempo hasta el stoner rock y “Vértigo” que es un ska-punk estilo californiano con un puente hard rock que no se siente extraño a la mezcla de estilos.
El reggae puede haber pasado de moda en la actualidad; pero nos encontramos ante una banda con una base muy sólida de reggae/funk pero que no teme explorar estilos diferentes y amalgamarlos a su esencia. Me encantaría verlos encabezando más festivales en el sureste y conciertos locales; tienen toda la experiencia musical para romperla sin ningún problema. Chéquense su página web, su fanpage de Facebook, su playlist en Soundcloud y su perfil de Spotify para estar al tanto de sus próximos eventos y darse un deleite de oreja con su música.
