FILEY 2018: Plegarias no atendidas… (II)

¡Lee la primera parte aquí!

Habría que revisar las estadísticas de asistencia este año, pero a ojo de buen cubero ha ido decreciendo; fue lamentable constatar cómo las presentaciones de escritores nacionales se encontraban semivacías y a los miembros del staff corriendo de un lado a otro para acarrear gente a dichas conferencias. Tal fue el caso de Ana García Bergua, que tuvo 15 asistentes.

O el del Homenaje a Arreola, con la presencia de Hernán Lara Zavala, Sara Poot y Beatriz Espejo, que apenas y tuvo quórum gracias a que se suplicó a los asistentes de los salones contiguos que entraran. Y a pesar de que en años anteriores hubo quejas por poner varios salones uno junto al otro, este año se repitió la misma pifia auditiva, resultando en que se quejaran con los técnicos y se volviera una competencia para ver quién hablaba más fuerte.

Pero ese no fue el único problema de distribución: algunos expositores fueron colocados en la explanada que va del Siglo XXI al Museo del Mundo Maya, sin una carpa que los resguardara del inclemente sol. Para colmo de males, por la tarde se encendieron los rociadores automáticos del jardín, mojando a la gente y parte de la obra gráfica que ahí se encontraba.

Más allá de esto, lo cierto es que la feria ha sido criticada porque trata de todo, menos de lo que se supone: incentivar la lectura. Faltan actividades en torno a este tenor, pues mucha gente sólo acude a comprar libros, sin quedarse a las presentaciones, conferencias, mesas panel y talleres. No los culpo, también en el aspecto literario es una feria algo floja y, por qué no decirlo, provinciana. Los escritores más importantes del país no están presentes. Los que vienen son enviados por las editoriales, pero la feria es organizada por la UADY, cuyo fin no es lucrar, sino dejar una derrama cultural en nuestro estado.

¿De qué sirve traer a académicos internacionales si el público no asiste a sus congresos y el costo es demasiado alto? Si queremos que la Filey repunte hay que socializarla. Involucrar a los ciudadanos y talentos locales, pues hasta la fecha no existe un diálogo horizontal. No hay mecanismos para hacer llegar propuestas, sugerencias o quejas. Yo le preguntaría al rector José de Jesús Williams, ¿por qué la UADY necesita de terceros para organizar su feria? Teniendo la infraestructura, el personal y las facultades, ¿por qué la Filey la hacemos todos excepto quienes deberían hacerla?

 

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