The Looming Tower: una serie sobre el 9/11

La producción original de Hulu tiene nominaciones al EMMY.

Cada generación tiene un evento histórico que termina marcándola para siempre. Para la del principio del Siglo XXI sin duda alguna éste fue el ataque a las Torres Gemelas. El 9-11 cambió para siempre al mundo, hubo un antes y un después de la fatídica fecha en la que un grupo de extremistas islámicos secuestró cuatro aviones y estrelló dos de ellos contra el corazón económico y cultural del capitalismo norteamericano.

Mucho se ha dicho desde entonces sobre las causas y las consecuencias que tuvo el ataque para el planeta entero. Pero hay una pregunta que parece imponerse a muchas otras cuándo se hace una revisión histórica del ataque a las Torres Gemelas: ¿pudo haberse evitado? Para responderla habría que hacer una revisión del actuar de las agencias encargadas de inteligencia y seguridad en los Estados Unidos. ¿Qué tanto sabían de Al-Qaeda y qué tanto hicieron para tomar medidas precautorias ante la cada vez más evidente amenaza que las células del grupo terrorista liderado por Osama Bin Laden representaba para la nación más poderosa del planeta?

En el 2007, el escritor Lawrence Wright publicó una obra importantísima para responder a las preguntas formuladas en el párrafo anterior. Esta pieza se titula: “The Looming Tower: Al Qaeda Road to 9/11”. En el largo reportaje Wright traza el camino de los fundamentalistas islámicos hacía el ataque a Nueva York y –lo más importante– la rivalidad existente entre la CIA y el FBI, cuya falta de colaboración terminó por subestimar el tamaño de la amenaza y la capacidad de operación de la banda terrorista. La meticulosa investigación de Wright ha sido esencial para construir la historia previa a la mortal agresión, al grado que fue premiada con el Pulitzer en la categoría de “no ficción”.

Con base en ese libro Hulu (a la que urge ya pensar en una versión para distribuir sus contenidos en América Latina), decide crear una serie que cuente lo plasmado por Wright pero llevándolo a los terrenos de la ficción. Dramatizar la vida real siempre resulta un asunto complejo, más cuando se trata de de hechos que para generar credibilidad tienen que estar perfectamente sustentados tanto en la parte que toman de la realidad como en aquellos momentos que son dramatizados e introducidos a la misma como elementos narrativos.

En este caso, el resultado es uno de los mejores relatos sobre Al-Qaeda, el FBI y la CIA que se ha construido en la televisión. The Looming Tower, es una miniserie que se adentra en una rivalidad entre entidades gubernamentales, en la vida de los agentes que tuvieron acceso a información privilegiada pero que decidieron no compartirla por una mal entendida competencia, en una sucesión de acontecimientos que auguraban lo que terminaría siendo el peor ataque registrado en suelo norteamericano.

La historia va a seguir a dos agentes del FBI: John O’Neill (Jeff Daniels, espectacular) el jefe de la oficina de la agencia en Nueva York, que se convierte en el primer oficial del gobierno norteamericano que toma conciencia del peligro que representa Al-Qaeda y crea una división encargada solamente de investigar a la banda y Ali Soufan (Tahar Rahim), un agente musulmán de origen libanés que va a convertirse en una pieza clave para adentrarse en la organización terrorista y conocer sus intenciones.

O’Neill y Daniels van a rivalizar con la oficina de la CIA que también ha seguido a la banda y que está encabezada por un celoso e inseguro agente llamado Martin Schmidt (Peter Sarsgaard) quien hará todo lo que esté a su alcance para bloquear O’Neill y reservar para la Central de Inteligencia la información que va llegando a sus manos. La mini serie irá construyendo esta rivalidad al mismo tiempo que se suceden una serie de atentados en contra de intereses norteamericanos en África y Medio Oriente que dan cuenta del poder que Bin Laden va adquiriendo entre los extremistas que fielmente le siguen, e incluso entre oficiales de gobiernos como el de Yemen que, si bien no ejecutaron acciones terroristas, sí brindaron protección y obstaculizaron cualquier intento de conocer los planes de Al-Qaeda.

Pudiera pensarse que se está ante una miniserie con un discurso patriotero, pro norteamericano, pero uno de los grandes aciertos de The Looming Tower es que lo primero que hace es desmarcarse de tal tendencia. Va a mostrar la falibilidad no solamente de las instituciones gubernamentales de los Estados Unidos, sino también de los hombres y mujeres que las conforman. Mostrará también el camino de radicalización de los integrantes de Al-Qaeda y la facilidad con la que lograron armas su ataque gracias a los pleitos burocráticos surgidos al interior del gobierno norteamericano.

The Looming Tower tiene además la gran virtud de evitar el sensacionalismo que puede producirse a partir de un discurso audiovisual con tintes amarillistas o sentimentaloides. Su propuesta busca apegarse a la realidad a partir de una recreación de los hechos más cercana a la realidad. Para ello introducirá en su discurso imágenes de la época o de los personajes que intervinieron directamente en las acciones. Ello no solamente produce auténticos y emotivos efectos de sentido en el espectador, sino que también provocan que éste nunca olvide que lo que se está narrando es tal vez la parte más oscura de la historia reciente del planeta.

Al mismo tiempo, nos recuerda que en ella intervinieron hombres y mujeres que provocaron tales acontecimientos, que por sus manos pasaron las herramientas para cambiar el curso de la historia y que tuvieron que vivir o morir cargando las consecuencias de las decisiones que tomaron. No hay en toda la construcción de los personajes alguno que tenga una superioridad moral por sobre los otros, todos tienen fallos, todos tienen defectos, todos son seres humanos a los que les tocó jugar un papel fundamental en un drama cuyas secuelas siguen generando dolor en el planeta entero.

The Looming Tower es una mini serie llena de matices dramáticos, que emociona, indigna y provoca la reflexión en el espectador sobre una de las páginas más terribles de la historia de la humanidad. Que nos muestra que existen sucesos que dejan una dolorosa huella en el planeta, y que a pesar de todos los esfuerzos por prevenirlos son inevitables porque vivimos en un mundo en el que las realidades, las ideologías y los hombres y mujeres que las viven, sucumben ante algo que históricamente les ha rebasado y que son los detonantes de cualquier confrontación: la ambición, el poder y el deseo de imponerse por sobre el otro a cualquier precio, aunque este represente la pérdida de miles de vidas que tuvieron la mala fortuna de encontrarse en el medio de esta infinita y absurda lucha. Un logro imperdible.

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