“Barbie”, feminismo y sátira cinematográfica

Barbie es el más reciente trabajo de la directora estadounidense Greta Gerwig y se ha convertido, junto con Oppenheimer, de Christopher Nolan, en uno de los estrenos más esperados del verano 2023. Por ello, Anahí García Jáquez reseña esta superproducción color de rosa... ¡sin spoilers!

Barbie es la chica más popular en Barbieland. Su vida transcurre sin mayor sobresalto ya que consiste en pasársela bien, eso sí, siempre acompañada de sus amigos y de Ken, su cuasi novio. Pero, de repente, llegan las dudas existenciales para Barbie y su única solución es viajar al mundo real para tratar de resolverlas. No irá sola, puesto que Ken la acompañará para ver si él también puede aprender algo sobre sí mismo.

Barbie es el más reciente trabajo de la directora estadounidense Greta Gerwig y se ha convertido, junto con Oppenheimer, que es la cinta más nueva del inglés Christopher Nolan, en uno de los estrenos más esperados de la temporada veraniega y, por qué no, también del año. Su protagonista es uno de los personajes más icónicos de la cultura pop del siglo XX que llegó y que sigue llegando en forma de juguete y en diferentes personificaciones (maestra, astronauta, deportista) a los hogares de millones de niñas alrededor del mundo, incluida quien escribe esta columna.

En esta ocasión, Barbie es la protagonista de su propia película live action, con la correspondiente bendición de la compañía Mattel, quien la ha comercializado y quien ha enfrentado críticas a lo largo de los años por vender un ideal inalcanzable en términos del físico de una muñeca que es perfecta en cuanto a sus medidas y a su belleza en general. La directora retoma esta idea y la inserta en la anécdota principal, en la que Barbie comienza a tener ideas sobre la vida y la muerte al mismo tiempo que su cuerpo comienza a experimentar cambios, los cuales no son propios del molde con el que fue creada, por lo que la única solución, proveniente del consejo de la Barbie rara (Kate McKinnon, de Saturday Night Live) es viajar al mundo real para buscar a su dueña, ya que las ideas que de repente se han implantado en su cabeza provienen de la conexión establecida con la niña que juega con ella.

Es así como Barbie y Ken hacen un viaje al mundo real y ese mundo se les abre de par en par ya que los descubrimientos que hacen les cambian la vida por completo: Barbie se entera que, sin saberlo, ha promovido una imagen irreal que sólo ha causado daño a las niñas que sienten que jamás podrán ser como ella, mientras que Ken se da cuenta que hay mucho más que ser el pretendiente de una muñeca y que, en este plano, los hombres tienen un lugar preponderante dentro de la sociedad; en pocas palabras, se entera que existe algo llamado patriarcado.

La película tiene un tono de sátira donde, a grandes rasgos, se nos habla de los roles de género. Por un lado, los efectos de la liberación femenina sobre el sexismo y cómo es que aún en estos días, las mujeres siguen probando su valía ante quien tengan que hacerlo y, por lo mismo, se sienten con la necesidad de cumplir con demasiados papeles aún y cuando no se queda bien con nadie al final. Por otro lado, los hombres se ven amenazados ante ese progreso y buscan recuperar su lugar en el mundo o, al menos, irse haciendo de uno ante lo que ellos perciben como una pérdida de control cuando en realidad es un caso severo de masculinidad frágil.

Pero el punto en común entre ambos personajes principales o, en este caso, hombres y mujeres, es la búsqueda de la identidad propia, ese querer saber quién es uno o quién no es uno, lo que tiene y lo que no tiene, lo que sabe o lo que no sabe. Barbie sabe que tiene emociones y busca qué hacer con ellas mientras que Ken se ha cansado de ser un acompañante y, en esencia, un accesorio para ella, tan accesorio como sus lentes de sol o su sombrero.

Quienes han seguido de cerca la filmografía de Greta Gerwig (Ladybird, Mujercitas) conocen su forma de abordar el universo femenino así como el tratamiento que hace de sus protagonistas mujeres y del ambiente que las rodea por lo que no es de extrañarse que hiciera lo mismo con este personaje, lo cual resulta ser una tremenda paradoja si se tiene en cuenta todo lo que representa Barbie, que podría ser diametralmente opuesto a los ideales de empoderamiento de la mujer así como el sueño de una imagen corporal sana que no se esfuerza en alcanzar estándares impuestos por alguien más. En este filme su visión personal queda aún más impresa debido a que el guión es suyo y fue escrito en colaboración con el director y guionista Noah Baumbach, quien es su pareja.

Decir que Margot Robbie y Ryan Gosling nacieron para interpretar a Barbie y Ken se queda corto pues, de entrada, su fisonomía ayuda -y mucho- además de que su talento se pone a prueba en unos papeles que les requieren cierto nivel de comedia física, así como entrarle al canto y al baile. En cuanto a sus personajes, ella nos muestra a una Barbie muy consciente de su papel como un juguete pero que a la vez puede dar mucho más que horas de diversión, puesto que tiene todo para inspirar a las niñas a ser lo que ellas deseen mientras que él, en su papel de muñeco, se roba las escenas en las que aparece con su timing para la comedia con el que adereza sus reflexiones profundas.

Ambos son acompañados por un elenco que aporta bastante: America Ferrera (Ugly Betty) como una madre soltera que solía jugar con muñecas hasta que la edad y la desilusión la alcanzaron, Will Ferrell como un ejecutivo de Mattel que no está dispuesto a dejar escapar su negocio, Michael Cera como Allen, uno de los muñecos de Barbieland con toda la disposición de ayudar a restablecer el orden, así como una narración por parte de la gran Helen Mirren.

Mención aparte merecen el cinefotógrafo mexicano Rodrigo Prieto, la diseñadora de vestuario Jacqueline Durran y la diseñadora de producción Sarah Greenwood, quienes contribuyen a la creación de este mini universo que, por muy artificial que se sienta, no deja de ser bello y donde el rosa es rey, las muñecas y los muñecos usan atuendos de acuerdo a su personalidad y la cámara los ama. La banda sonora es una reunión de talentos como Lizzo, Dua Lipa, Nicki Minaj, Sam Smith y Karol G, quien da el toque latino.

Warner Brothers echó la carne al asador y puso a andar la maquinaria de mercadotecnia a todo lo que da, por lo que Barbie será sin duda alguna un éxito en taquilla. Aún y cuando podría pensarse que el público meta son niños, a título personal considero que no es del todo apta para ellos debido al discurso que maneja por momentos y que podría ser difícil de comprender, y si a eso le agregamos que la cinta incluye algunos guiños y referencias al cine y a la cultura pop (por ejemplo, 2001: odisea del espacio, El Padrino, Citizen Kane, entre otros), la puede convertir hasta en aburrida para los pequeños, por lo que es evidente que se apela a la nostalgia de todas aquellas adultas que, en algún momento, fueron dueñas de una muñeca Barbie.

En esencia, Barbie es una película de muy buena factura que se burla de ambos géneros a través de sus estereotipos. A ratos puede pecar de predicar demasiada ideología, pero no se puede negar que expone las contradicciones tanto del feminismo como del machismo, aunque siempre a través del humor. A final de cuentas termina siendo una caricatura con la que la gente reirá y se quedará pensando que la vida en plástico sí puede llegar a ser fantástica.

Barbie. 2023. Greta Gerwig. Heyday Films/LuckyChap Entertainment/NB/GG Pictures/Mattel Films.

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3 Comments

  1. says: Maritza

    Me encantó! Creo que le diste al clavo: es una sátira que critica ambos géneros pero que el mensaje es que cada quien descubra quien es en realidad <3

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