El animal enjaulado más bello del mundo: “Elvis”

En su crítica de cine, Ricardo E. Tatto comenta "Elvis", la más reciente cinta del realizador Baz Luhrman, en la que da cuenta del ascenso y caída del Rey del Rock con la ayuda del experimentado Tom Hanks y del novel actor Austin Butler. No dejes de leerla...
En la más reciente cinta del realizador australiano de Baz Luhrmann, “Elvis” (2022), el director, fiel a su estilo, repite las fórmulas de sus anteriores cintas como “Moulin Rouge” y “El gran Gatsby”, con montajes rápidos, paleta de colores saturada, nuevos arreglos y sampleos de viejas canciones, lo cual le viene muy bien a la cinta que pretende mostrar la vida de Elvis, desde el momento en que es descubierto por un vulgar promotor o mercachifle de ferias itinerantes, quien sin embargo supo ver que tenía en sus manos una mina de oro.
Tomándose ciertas licencias con fines dramáticos, la trama nos va mostrando cómo Elvis se convirtió en el espectáculo -de feria- más grande del mundo, tal y como lo pretendía el infame Coronel Parker, su manager, interpretado magistralmente por Tom Hanks, quien demuestra aquí que su rango actoral también le alcanza para personificar a un buen villano o antagonista, siendo este el artífice de su meteórico ascenso, al igual que el de su estrepitosa caída, pues en sus últimos años Presley se sintió como un animal enjaulado en una prisión de fama y oro que habían edificado a su alrededor, misma que no le permitió evolucionar musicalmente o siquiera viajar para conquistar otras naciones con su inconfundible voz en directo.
Austin Butler, hay que reconocerlo, se metió en la piel de Elvis Presley en sus distintas etapas. Si acaso, le habrá fallado la caracterización de Elvis en sus últimos y decadentes años, con excepción de la última escena en la cual se redime, al grado de que la transición a material de archivo donde se muestra al verdadero Elvis da cuenta de su gran parecido. La película se remonta hasta su niñez y adolescencia, años en los que fue influido lo mismo por el blues que por el gospel cristiano, siendo este último el catalizador que lo habría de llevar hasta el éxtasis y las contorsiones musicales.
Me parece un acierto que el filme se haya tomado su tiempo para homenajear a los precursores del rock, mostrando dignamente a legendarios artistas como Big Momma Thorton, Sister Rosetta Tharpe, Little Richard, B.B. King, Fats Domino, etc. Ojalá esto sirva para traerlos a la palestra y darlos a conocer a un nuevo público. Y también le hace justicia al propio Elvis, acusado muchas veces de haberse robado la cultura musical afroamericana, cuando en realidad él se crió en un ambiente no segregado y nunca negó sus raíces dentro del gospel y el rhythm and blues.
A lo largo de sus tres décadas de carrera, de los años cincuenta a los setenta se contextualiza la época que le tocó vivir, en especial en los turbulentos años sesenta, que no le fueron ajenos al músico. No obstante, deliberadamente se omiten aspectos oscuros de su personalidad, como su gusto por las armas, su adicción a las drogas y su creciente paranoia. Pero si algo queda claro al ver esta película, es que ni aún teniendo todo en su contra -al estar rodeado de palurdos, mafiosos y aduladores- fue impedimento para que el rey del rock, de una manera u otra, alcanzara la inmortalidad. Por si quedara duda, ahí está la música, siempre la música.
En ese sentido, la película cumple su cometido de entretener, presentando una superproducción audiovisual que nos da una idea de lo que pudo ser haber visto a Elvis en vivo, capturando su carisma y su sorprendente instinto musical respaldado por un enorme talento fuera de serie, el cual se extinguió demasiado pronto debido a la avaricia de quienes lo rodeaban. Uno sólo se puede imaginar las alturas a las que pudo haber llegado la carrera de Presley de no haber sido sofocado por el Coronel Parker, un pésimo representante que estranguló sus sueños, medró sus ganancias y que, eventualmente, terminó por succionar la vida de esa gran estrella conocida simplemente como Elvis.
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