Oliver Stone, bajo la lupa

En su crítica cinematográfica, Ricardo E. Tatto pone bajo la lupa la más reciente producción de Oliver Stone, un documental en el cual revisita el caso de John F. Kennedy, una cinta con buenas intenciones pero que no necesariamente logra su cometido...

“JFK: Caso revisado” (2022) la más reciente producción cinematográfica del director norteamericano Oliver Stone es, de alguna manera, una addenda o apéndice que viene a complementar su ya icónica realización de 1991: “JFK”. Este es un trabajo filmado dentro del género documental, casi 30 años después de lo acontecido en la película seminal, la cual, a partir de la ficción, logró hacer un llamamiento y protesta mediática para el esclarecimiento del asesinato de Kennedy, al grado que a partir de la década de los noventa se empezaron a revelar más documentos -aunque otros, misteriosamente, desaparecieron-.

“JFK: Through the looking glass” también podría ser traducido como “JFK: bajo la lupa”, y es que este documental es una especie de deconstrucción autoral en donde Stone expone las evidencias que sustentaron su tesis de que el magnicidio perpetrado el 22 de noviembre de 1963 contra el presidente de los Estados Unidos fue parte de una conspiración orquestada por las más altas de esferas del gobierno, la cual se dice que se valió de varias institucionales públicas como la CIA, el Servicio Secreto y el FBI, organismos que presuntamente serían responsables del encubrimiento de dicha conjura.

Como bien dice Stone en la cinta de marras, esto ya no es más una teoría de lo sucedido, sino la reconstrucción histórica de hechos documentados y comprados a partir de entrevistas, investigación de documentos y, sobre todo, el acceso a nuevos  archivos sobre el caso que se han ido desclasificando a lo largo de los últimos treinta años. Pero he ahí el principal problema del filme, pues Stone promete más de lo que puede cumplir.

De entrada, renuncia a la narratividad apuntalada en arcos y giros argumentales, propiciando que la historia se cuente de manera lineal y un tanto plana, ya que el propio director es quien conduce las entrevistas y presenta reconstrucciones históricas una tras otra a lo largo de poco más de dos horas, provocando la saturación de datos y el consiguiente tedio en el espectador. Siendo un relato de no ficción, bien pudo utilizar otros mecanismos para mantener la tensión y el interés durante su visionado. Algo que sólo por momentos intenta al intercalar fragmentos de su exitosa cinta con Kevin Costner como el idealista fiscal de distrito Jim Garrison.

Todo lo anterior, si bien tiene sus deficiencias, es hasta cierto punto soslayable si tomamos en cuenta que forma parte de las obsesiones de este director. Sin embargo, lo que finalmente resulta imperdonable es que treinta años después Oliver Stone no se haya aproximado ni un poco a revelar o señalar a los verdaderos culpables del crimen.

Su caso revisado más bien consiste en la concatenación cronológica de los hechos que le llevaron a escribir y dirigir JFK en el ´91, y a la postre este documental resulta un valor agregado si estuviéramos hablando del material extra de un DVD, aunque por sí sólo no funcione como largometraje. De hecho, casi la mitad de la película se dedica a argumentar y sustentar sus dichos, siendo que la gran mayoría ya fueron presentados con anterioridad, aunque con la salvedad de que las voces en off que cuentan la historia son nada menos que las de Donald Sutherland (parte del elenco original) y Whoopi Goldberg.

Los problemas de esta producción tal vez se podrían achacar a que es una versión sintetizada de la miniserie documental “JFK: Destiny betrayed” (JFK: Destino traicionado) de 2021, si bien se intuye que dichos escollos no obedecen únicamente a lo que ocurrió en la sala de edición, sino que es un asunto de estructura y de guión.

En pocas palabras, “JFK: Caso revisado” retoma las mismas fuentes de su cinta anterior y, si acaso, abona muy pocos datos nuevos a lo que hoy en día ya es del conocimiento general y parte de la cultura popular. En ese sentido, no logra poner bajo la lupa a ninguno de los imputados y, por lo tanto, es una pieza más bien deficiente dentro de la extensa e irregular filmografía del director. Sí, es recomendable para los seguidores completistas de Stone, aunque también es francamente olvidable para el resto de los cinéfilos.

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