Black Metal: un brillante relato de terror

“No pintaré sobre mujeres tejiendo y niños jugando; sobre flores brotando y ya muerta gente de de alcurnia;
todo el mundo pinta sólo aquello que se quiere ver. Pintaré sobre seres humanos que lloran, sufren, y derramaré en mi lienzo sus lágrimas para que todos las puedan ver, porque todos amamos y perdemos; todos solitarios lloramos…” 
Edvard Münch

Prólogo:

Noruega, se dice, es hermoso: los fiordos refractando las auroras boreales en sus paredes de hielo, iluminando de verde las costas que tanto amaba Adolf Hitler, y mezclándose con sus bosques, como si tuviéramos un bosque también en el hielo y en los cielos antes vikingos. “Nuestros cielos antes vikingos…” fue seguramente uno de los pensamientos con los que no puedo asegurar que comenzó todo, lo que sí puedo asegurar (hasta donde la historia me deja), es que por varios factores, en los cuales no me adentraré, el Metal y el Punk llegaron a esta sociedad idílica en forma de una adoración por la muerte y la desesperación. Esto no era algo nuevo en el país nórdico, si viajamos desde principios de los años 90 (cuando ocurre esta ficción) a principios del siglo XX, aquí nace el Expresionismo en los pinceles de Edvard Münch. Posteriormente renacería, de un modo sumamente fatal en este bello relato de terror, con el maquillaje y las guitarras de aquellos personajes que dieron vida al Black Metal.

Fragmento de “El Grito” (1893), de Edvard Münch. A la derecha, Per Yngve Ohlin caracterizado como Dead antes de presentarse con Mayhem en un concierto. La influencia del Expresionismo de Münch tanto estética como emocionalmente es notable.

 Si observamos la caracterización de los miembros de una de estas bandas, digamos Mayhem, notaremos que lo que llamaron Corpse Paint  (“pintura de cadáver”) así como el clásico Corpse Sound  (“Sonido de Cadáver”), en el cual desgarraban sus voces con letras que pretendían llevarnos a todos al fin del mundo. Observaremos también la herencia del Expresionismo de Münch; como ejemplo claro está su más famosa pintura: Ropet “El Grito”, sin embargo toda la obra temprana de Münch es un grito de desesperación que pretende exclamar de aburrimiento y dolor ante la decadencia cristiana y burguesa de la Noruega en que vivió; Münch no retrataba mujeres bellas o flores, Múnch exponía el sufrimiento, la enfermedad; retrataba prostitutas y ebrios, exponía la muerte en plena era hedonista, como lo hace también en otra de sus pinturas donde satiriza a la gente burguesa caminando por la calle Karl Johan como si estuvieran muertos ya todos. “La sociedad está muerta y sólo quiero ser un reflejo de eso…” seguramente fue uno de los pensamientos que habitaron la mente de Per Ynge Olhin, mejor conocido como Dead.

Solnedgang på Karl Johans Gate (1892) por Edvard Münch. Los paseantes burgueses sobre la calle Karl Johan en Oslo son satirizados como cadáveres.

 

Realidad o ficción: ¿hay alguna realidad que no sea ficción para otros?

Para que lo ocurrido, en este caso en Noruega a principios de los años 90, sea lo más cercano a una realidad en el caso del lector (o quien lo escribió), tendríamos que haber participado en los eventos; incluso quienes fueron parte de aquella realidad que ahora llamamos Black Metal  cuentan historias diferentes, todas con increíbles trasfondos metafóricos y filosóficos. ¿No es de eso de lo que trata un relato? ¿No es acaso el trasfondo filosófico y la estructura narrativa lo que importa de un mito o hecho histórico y no qué tan real o ficticio haya sido?

En la ideología de Aristóteles, un filosofema es una proposición o enunciado completamente soportado por su lógica y evidencia, y que cualquiera puede ver en cualquier momento o lugar; también es un extraordinario álbum de Burzum (Filosofem, 1993-1996).  No hay manera de contar la historia a través de un filosofema. La historia se cuenta siempre a través de un sofisma, lo contrario a un filosofema; lo que se cuenta debe tener cierta lógica dentro de su ficción ya que supuestamente fue real pero no importa, ya que en el presente es ficción para nosotros.

Fotografía de la calle Karl Johan (misma que Münch pintó en 1892) en la actualidad.

Filosofema:

Kråkstad, Noruega, algún suspiro de principios de los años 90. Un joven sueco de nombre Per Ynvge Ohlin, conocido por sus amigos como “Pelle” se levanta por la mañana sumamente entusiasmado, toma unos pedazos de carne del refrigerador, una chaqueta de cuero y corre al bosque. Una vez entre la sombría luz del sol que se mezcla entre los árboles y se refleja en la nieve, “Pelle” entierra su chaqueta con los pedazos de carne…

Una semana después regresa bajo el pseudónimo de Dead, líder del proyecto Mayhem y desentierra la chaqueta, la cual está llena de gusanos y manchada de podredumbre; cubierto de maquillaje, Dead se dirige a un bar en el casco viejo de Oslo para reunirse con los miembros de otras bandas que forman el Inner Cirlce (Burzum, Darkthrone, Emperor) en la tienda de discos Helvete, la cual fungía también como bar. El dueño de este lugar y guitarrista de Mayhem, Øystein Aarseth, mejor conocido como Euronymous, también era dueño de la disquera que los producía.

Europa está en decadencia y el fin del mundo se acerca, hagamos que el Armaggedon llegue antes para desenterrar lo que quede de la podredumbre y darle vida de nuevo, solía exclamar Dead. Por la noche, después de un par de cervezas se presentará en un bar en Bergen, en donde invocará el apocalipsis junto al resto del Inner Circle. La idea original de estos anti-héroes de esta sociedad idílica al reflejar la muerte, era la de erradicar el cristianismo y el capitalismo americano de Noruega, así como desenmascarar la verdad tras los valores burgueses y mediocres que estas tendencias no escandinavas traían. La calle Karl Johan en Oslo no había cambiado desde el retrato de Edvard Münch (casi 100 años antes): iglesias y plazas comerciales la invadían. “No quedaba un solo rastro del poder de los antiguos vikingos…” sin seguridad fue uno de los pensamientos que habitaron la mente de Varg Vikernes, líder (y prácticamente único miembro de Burzum).

“Come on!! Leipzig!! Join us to the bloody Armaggedon!!”

 Son las primeras palabras que se escuchan cuando Dead toma el micrófono en una famosa presentación en Alemania. Noruega, se dice, es hermoso: los fiordos refractando las auroras boreales en sus paredes de hielo, iluminando de verde las costas que tanto amaba Adolf Hitler, y mezclándose con sus bosques como si tuviéramos un bosque también en el hielo y en los cielos antes vikingos…

Øisten Aarseth, mejor conocido como Euronymous, llega al atardecer a Helvete., un lugar para aquellos que se aventuraban a ir lejos de la belleza de los fiordos que amaba Hitler. Aarseth Tiene tal sonrisa en el rostro que pareciera haber acabado de firmar el mismo pacto que lograron Fausto o Dorian Grey; se sirve una cerveza y se sienta junto a los demás quienes juegan backgamon en una mesa. Euronymous arroja una polaroid sobre el tablero para que todos la vean, en ella se observa el cadáver de Dead, quien al parecer se había disparado en la cabeza; la sangre y las vísceras en la imagen manchaban la pared y la cama como si reflejaran todo su morbo por la muerte y su intriga por la delgada línea que separa a esta de la vida. Varg Vikernes, el Conde Grishnak,  se levanta de la mesa y observa a Euronymous directamente a los ojos. Todo está en silencio.

“La usaré como portada del último álbum de Mayhem que llegó a grabar, será definitivamente atrofiante….”  comenta Euronymous . Todos lo observan pero en realidad nadie dice nada. Dejemos a un lado a Emperor, aquí tenemos una gran metáfora y al mismo tiempo un horrendo hecho: Euronymous llega al Helvete con la polaroid de un joven sueco de nombre Per Yngve Olhin con un tiro en la cabeza, algo sumamente agresivo, Gore, digno del Arte Degenerado alemán de un par de décadas atrás, a su vez hijo del Expresionismo noruego; decide tomar una fotografía instantánea de la época sintiendo más fascinación por el cadáver que por el acto o emoción por “Pelle”; no llama a la policía o a los forenses antes de decidir utilizar esa imagen como portada del que sería el álbum The Dawn of the Black Hearts (1992-1995), un álbum editado que incluye las últimas grabaciones del chico sueco y parte de un concierto antes inédito en Bergen en 1991.

Varg Vikernes está parado, con cada nervio lleno de fuego, observando fuertemente a los ojos a Euronymus , a quien nunca ha tenido un gran respeto pues el Conde Grsihnak lo considera vulgar; con su tamaño y su mirada pareciera que este vikingo sacaría su espada y decapitaría a aquel a quien siempre despectivamente llamó simplemente Øisten. Por otro lado, Gylve Nagell, líder de Darkthrone, apodado Fenriz, también está de pie. La mesa, la tienda-bar, las cervezas y los cigarrillos, el frío, las chamarras de cuero, el backgamon en plena batalla inacabada entre el bien y el mal, y la fotografía de un joven sueco muerto.

Nagell y Vikernes observan a Euronymus a los ojos: en las pupilas de Nagell hay una especie de ruptura, no sabe si es algo de admirarse o degradarse, o admirarse y degradarse ¿No acaso de eso trata el Black Metal? ¿De adentrarse en la oscuridad? La mirada de Vikernes está a punto de incendiar el lugar. Pese a la fascinación de Dead por la muerte, el vikingo no cree que tal suicidio haya sucedido, de hecho, lo único que hace que no lo piense es lo que hizo Øisten; los miembros del Inner Circle deben estar unidos para traer la luz a Noruega, como guerreros escandinavos; alejar la burla que es el cristianismo y la frivolidad estadounidense y consigo la oscuridad que traen. Tener un sentido mórbido por la muerte es vulgar, cristiano ¿No acaso de eso trata el Black Metal? ¿De ser un reflejo de la oscuridad de la sociedad muerta y no de ser la oscuridad por sí misma?

Fotografía del bar-tienda de discos Helvete a principios de los años 90.

 La historia se cuenta siempre a través de un sofisma, lo contrario a un filosofema; lo que se cuenta debe tener cierta lógica dentro de su ficción ya que supuestamente fue real pero no importa, ya que en el presente es ficción para nosotros. En realidad  Gylve Nagell, A.K.A. Fenriz, toma una postura neutral en relación con el asesinato/suicidio de Per Ynvge Olhin; la misma postura que profesa con Darkthrone: un nihilismo absoluto.

La muerte de Dead era inminente, como la de todos nosotros: la tuya, la mía, e inspirarse en ella para expresarse artísticamente es lo que hará tributo al tal vez más importante frontman de Metal que haya nacido en Europa. Si Dead fue asesinado o cometió suicidio es tan irrelevante como intentar averiguar si Dios existe o no, encerrarse en ello es inútil y absurdo. A partir del suceso, Darkthrone se dedica a experimentar dentro de la oscuridad del pueblo europeo y a exaltar su decadencia, centra su arte en la herencia del Expresionismo y la Literatura Gótica.

“El que los templos a Freya, Thor y demás hayan sido destruidos y en su lugar se hayan levantado iglesias de madera, cuando los lugares sagrados vikingos eran de hermosa piedra, es definitivamente una prueba de débil oscuridad…”  Esto fue algo que seguramente hizo alguna sinapsis en el alma del Inner Circle.

Inspirados en el horrible suceso ocurrido a un trastornado chico sueco un par de años atrás, se lanza A Blaze in the Northern Sky (1992) de Darkthrone. Fenriz sostenía que el arte lo era todo y que la fotografía tomada por Euronymus era también arte; estaba obsesionado con el Romanticismo Gótico inglés de finales del siglo XIX, con el Expresionismo y con el Arte Degenerado alemán de un par de décadas atrás, este suceso lo había iluminado en relación con lo que era el Black Metal y su oscuridad interna. La muerte es y ha sido siempre la gran unificadora, la crisis que crea para otros la oportunidad de la redención.

Imagen de la iglesia de madera de Funtoft incendiándose (Reuters).

De este modo, si Per Ynvge Ohlin había llegado a su casa, había tomado na escopeta y se había disparado justo en la frente, o si Euronymus lo había asesinado no era de gran importancia: la fotografía lo era. Está de sobra mencionar que el Conde Grishnak no pensaba igual. El relato apenas comienza a brillar. A mediados de ese año, esa plaza comercial gigante que llamamos mundo, vio lo que consideró un ataque directo a sus supuestos valores; valores frívolos, cristianos, monetaristas y faltos de conocimiento histórico. Todos presenciaron gracias a la explosión mediática de los años 90 que la única iglesia que ilumina es la que arde.

La rivalidad entre Euronymus y el Conde Grishnak venía desde antes del suceso de Dead. Para Vikernes, Øistein no era más que un vulgar empresario dueño de un bar que buscaba ventas y al mismo tiempo no comprendía lo que era realmente el Black Metal, si bien respetaba a Fenriz por tener su propia ideología y estética encausada directamente al arte, Øistein era insoportable. Junto a otros miembros de Inner Circle, no necesariamente miembros de ninguna banda sino sólo seguidores, Vikernes emprende una guerra como “hijo de Odín” en contra del cristianismo en Noruega.

Noruega, se dice, es hermoso: los fiordos refractando las auroras boreales en sus paredes de hielo iluminando de verde las costas que tanto amaba Adolf Hitler, y mezclándose con sus bosques, como si tuviéramos un bosque también en el hielo y en los cielos antes vikingos. Por la noche los “hijos de Odín” llegaron a la famosa iglesia de madera de Funtoft Stave en Bergen, la cual se alzaba hacia el cielo como queriendo huir de la tierra y sus hijos, queriendo apagar los bosques que se reflejaban en la noche; en minutos los cielos serían vikingos de nuevo.

Sólo bastó una señal, como la que haría el lobo alfa de una manada antes de acorralar a la presa (Varg en español signica “lobo”). Galones de gasolina y unos cuantos cerillos fueron suficientes para simbolizar el comienzo del final  de mil años de invasión cristiana. Mientras la iglesia arde y comienza a caer, Varg fuma un cigarrillo y la observa iluminar el bosque; sus cenizas dejarán a la vista el templo vikingo que alguna vez fue y sobre el cual, irrespetuosamente, esta religión de esclavos del desierto vino a imponerse.

 

Sofisma:

La historia se cuenta siempre a través de un sofisma, lo contrario a un filosofema; lo que se cuenta debe tener cierta lógica dentro de su ficción ya que supuestamente fue real pero no importa, ya que en el presente es ficción para nosotros. Varg coloca un disco de acetato bajo la aguja, el debut de una banda inglesa de los 80 llamada Bauhaus. la densa y macabra voz de Peter Murphy llena su sala. El Conde Grishnak mira a través de la ventana y observa el campo llano que llega al bosque para después alzar al cielo su mirada y ver que no hay bosque reflejándose en el cielo; las auroras boreales han sido apagadas por un incendio. El líder de Burzum corre por el campo llano para encontrar una iglesia incendiándose, es el eco de su mirada pero distorsionado: estúpidos símbolos satánicos fueron marcados alrededor.

Varg regresa a casa y se sirve un trago, él no dirigió ese incendio. Por la mañana ve en las noticias que la iglesia de Åasane, también en Bergen, fue incendiada, la misma iglesia donde vio los símbolos satánicos. Por la mañana, la casa de Varg Vikernes  el Helvete  (ahora con signos satánicos en las paredes) están rodeados por la policía noruega. Vikernes y otros miembros del Inner Circle son arrestados por los incendios de las famosas iglesias de madera, joyas arquitectónicas del país en varios lugares: Berge, Oslo, Jaga, Vindafjord.  y por la muerte accidental de un bombero en Holmenkollen.

Las ventas de los álbumes de Black Metal subieron de manera estratosférica, el Helvete (pese a que Euronymus fue también arrestado) estaba ahora siempre lleno. El satanismo fue inmediatamente relacionado con el Black Metal a lo largo del globo; los “hijos de Odín” habían pasado de ser os protectores de la herencia escandinava a vulgares rebeldes perdidos.

“El cristianismo y el monetarismo americano han invadido Noruega; siendo hijos directos de vikingos: temibles guerreros, grandes cazadores, conquistadores y agricultores, nos conquistaron con trucos vulgares y actos peores que incendiar iglesias. Las débiles iglesias que incendié fueron construidas sobre poderosos monumentos a Odín, Thor, Freya y demás. El cristianismo debe ser erradicado. Mi ideología no es en absoluto satánica; un satánico no es mejor que un cristiano, Satán es un personaje mitológico de esa religión del desierto, no soy satánico, no aceptaré los cargos por las iglesias que tenían estos vulgares símbolos en sus ruinas, sólo aceptaré los cargos por haber limpiado nuestros templos vikingos…”

 Estas palabras, dichas por Varg Vikernes, el Conde Grishnak ,de pie frente al juez, incendiaron toda la sala con su elocuencia y poder. Muchos despertaron, otros lo odiaron, muchos comprendieron pero no aprobaron. A partir de este momento, Varg Vikernes decide no ser relacionado con la corriente del Black Metal debido a que esta ha sido ya vulgarizada. Los miembros del jurado declararon no culpables a Vikernes, Aarseth y los demás incendiarios y los dejaron ir bajo fianza por falta de evidencia.

 

Epílogo:

Aún fuera del Inner Circle y de los nuevos seguidores del Black Metal, el antes Conde Grishnak tenía un gran poder de convocatoria, los visitantes del Helvete hablaban de cómo había puesto en ridículo al dueño del lugar al tildarlo de “vulgar cristiano rebelde”; Det Som Engang Var (1993-1994) de Burzum era el álbum más vendido en la tienda de discos, e incluso muchos dejaron de llamar a Øistein  Euronymus pues ya no le tenían tal respeto.

La historia se cuenta siempre a través de un sofisma, lo contrario a un filosofema; lo que se cuenta debe tener cierta lógica dentro de su ficción ya que supuestamente fue real pero no importa, ya que en el presente es ficción para nosotros. Arrogantemente y con obvia sed de venganza, Øistein comienza a decir a miembros del Inner Circle tras una cervezas que planeaba asesinar a Varg y hacer un video snuff con él. No hace falta detallar lo que muchos posiblemente o no posiblemente hayan pensado de esto, si lo relacionamos con la muerte de Per Ynvge Olhin y el cómo llegó Øistein arrojándola sobte el juego inacabado de backgamon. “La usaré como portada del último álbum de Mayhem que llegó a grabar, será definitivamente atrofiante….”

Varg Vikernes se sienta frente a la chimenea de su hogar en Bergen. Se sirve un trago, enciende un cigarrillo y comienza a experimentar con el teclado Hammond B3 que acaba de conseguir para hacer música ambiental, coloca un viejo disco de este género bajo la aguja, algo de Brian Eno.

El odio intrínseco entre  Euronymous  y el Conde Grishnak  era ya evidente. Aparte del antecedente de la muerte de Dead , Euronymous había sido detenido recientemente por haber herido a unos chicos con una botella de vidrio y las palabras sobre asesinato y tortura llegaron fácilmente al líder de Burzum, ya fuera del Inner Circle, queriendo firmar con otra disquera y no ser relacionado con el Black Metal, pero Varg Vikernes no esperaría, la mejor defensa es el ataque. Termina de girar el acetato bajo la aguja y se dirige hacia Oslo, el pretexto era hablar con Øistein acerca de la finalización del contrato. Snorre Ruch (bajista de Mayhem) lo acompaña,  y al llegar al edificio de apartamentos de Øistein espera a Varg en el carro.

“Por lo menos en mí queda un solo rastro del poder de los antiguos vikingos…” seguramente (o no) pensó el Conde Grishnak  mientras subía las escaleras. El Conde Grishnak golpea la puerta y escucha que Euronymous se acerca, está preparado, como cualquier guerrero, sentidos alerta. Øistein abre y lo saluda tras lo cual le ofrece un trago para hablar sobre el contrato. Vikernes lo escucha tomar un cuchillo de la cocina y observa un rifle en la sala; el rifle le es familiar, es parte de la portada que aparecerá en el último álbum en el que participó Dead. El Conde Grishnak se esconde tras la puerta de la cocina.

Un par de años antes, la mesa, la tienda-bar, las cervezas y los cigarrillos, el frío, las chamarras de cuero, el backgamon en plena batalla inacabada entre el bien y el mal, y la fotografía de un joven sueco muerto. El juego se acaba aquí. Preparado con un cuchillo de caza, Varg espera a que Øistein camine hacia la sala y lo escucha empuñar el cuchillo de cocina. Cuando está justo frente a él, el antes Conde Grishnak toma su cuchillo y lo entierra en la cabeza del antes llamado  Euronymous.  

Noruega, se dice, es hermoso: los fiordos refractando las auroras boreales en sus paredes de hielo, iluminando de verde las costas que tanto amaba Adolf Hitler, y mezclándose con sus bosques, como si tuviéramos un bosque también en el hielo y en los cielos antes vikingos…

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