Nadie cambia del todo: una relectura de El Gabo

Del libro “Doce cuentos peregrinos” publicado en su primera edición en 1992, se desprende este  análisis de uno de los personajes más controvertidos de la obra,  Billy Sánchez de Ávila, mezcla de bandolero y niño mimado extraído del relato “El rastro de tu sangre en la nieve”. El escritor colombiano Gabriel García Márquez, nos presenta esta colección de cuentos cortos escritos a lo largo de dieciocho años, los cuales tuvieron su origen en notas periodísticas, guiones de cine, seriales de televisión y entrevistas.

En el prólogo, el fallecido Premio Nobel de Literatura (1982), puntualiza que la primera idea de “Doce cuentos peregrinos” surgió a principios de la década de los setenta a propósito de un sueño que tuvo mientras residía en Barcelona, en el que asistía a su propio funeral en compañía de  sus más preciados amigos latinoamericanos. Fue a partir de ese esclarecedor suceso que aterrizó la idea de escribir una colección de cuentos cortos basados en hechos periodísticos y con una unidad interna de tono y de estilo que los hiciera inseparables en la memoria del lector.

Los dos primeros –El rastro de tu sangre en la nieve y El verano feliz de la señora Forbes– se crearon en 1976, y el autor los publicó en suplementos literarios de varios países. Como una paradoja, la creación del resto de los relatos sufrió varios atropellos por casi dos décadas en las que viajaron en innumerables ocasiones del escritorio al cesto de la basura, de éste al olvido, para ser retomados años después y ser publicados en 1992. Se puede reconocer que durante el proceso del libro García Márquez pasaba, como todo escritor, por uno de esos momentos en el que después de terminada su más reciente obra el autor no sabe por dónde continuar, como lo fue el caso del “Gabo” después de haber concluido la novela El otoño del patriarca, que según dijo, fue uno de sus trabajos más arduos y azarosos.

“El rastro de tu sangre en la nieve” cuenta una historia en la que se producen acciones que inician en el pasado para concluir en el presente de una pareja de recién casados: Nena Daconte y Billy Sánchez de Ávila, quienes vivirán un suceso fortuito (el accidente en el dedo de la mujer) que cobrará importancia a medida que se desarrolle el relato. “Es el tipo de cosas extrañas que les suceden a los latinoamericanos en Europa”, escribiría también García Márquez en el prólogo.

La competitividad fue y es uno de los principales motores del fenómeno de la globalización que trajo consigo la generación de avances científicos y tecnológicos. Es precisamente el gusto y embelesamiento por estas modernidades las que identifican a Billy Sánchez a través de la voz del narrador, que nos va mostrando durante el relato un tema constante: Billy Sánchez conduciendo extasiado su auto nuevo a través de una sinuosa carretera europea, fabricado con la última tecnología capaz de sortear a toda costa una tormenta de nieve. García Márquez escribe: “Era tanta la embriaguez en el volante…”

Así que Billy Sánchez no se percata del cansancio de su esposa Nena Daconte, como consecuencia de un pinchazo de espina de rosa en el dedo, accidente que convierte el viaje de luna de miel en una pesadilla de la que el personaje masculino se acordará por el resto de sus días. Cuando habla de tiempos pasados, el narrador presenta a nuestro protagonista como bandolero malcriado que cambia para bien al conocer y enamorarse de Nena Daconte. Al correr la historia y situarnos en el presente, durante el viaje en auto hacia la luna de miel, el narrador se refiere a Billy como el complemento social perfecto de su esposa, un cambio radical del que regresa de súbito para reintegrarse a sus años de niño malo al enterarse de… no les voy a contar el final de la historia.

Bien escribe García Márquez: “Se fue sin despedirse, sin nada qué agradecer, pensando que lo único que necesitaba con urgencia era encontrar a alguien a quien romperle la madre a cadenazos para desquitarse de su desgracia”. El alma de bandido combinada con la fanfarronería de niño mimado de Billy Sánchez de Ávila se escondió bajo el velo del matrimonio, emergiendo después como un balón de futbol hundido en el mar gracias a la mala suerte, dirían algunos fanáticos de este cuento como lo soy yo. Regresa pues Billy a sus orígenes, lo que nos hace pensar que, finalmente, nadie cambia del todo.

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