No hay lugar como el hogar: una reseña de “Tótem”,

Anahí García Jáquez comenta "Tótem", el segundo trabajo de la directora Lila Avilés, quien con su ópera prima "La camarista", dio muestras de su talento para contar historias. Por ello, este filme resultó seleccionado para representar a México en los Oscar...

La pequeña Sol asistirá a una fiesta sorpresa. Su madre la ha vestido de payasito y la lleva con sus tías quienes están encargadas de la organización del evento. Será una celebración que se antoja inolvidable, ya que habrá mucho que conmemorar y, probablemente, ya nada será igual después de ella…

Tótem es el segundo trabajo de la directora mexicana Lila Avilés quien, con su ópera prima La camarista, dio muestras de su talento para contar historias y en esta ocasión nos cuenta la de una niña de 7 años que será partícipe del festejo de cumpleaños de Tona, su padre, quien está enfermo y se encuentra ya en la etapa terminal. El relato comienza horas antes de dicha fiesta, cuando Sol llega a la casa de su abuelo y se encuentra con que sus tías Ale y Nuria están enfrascadas en los preparativos y no pueden dedicarle mucha atención puesto que tienen el tiempo encima.

Por lo tanto, Sol está por su cuenta en esa casa grande y busca formas de entretenerse, ya sea jugando con las diferentes criaturas que se encuentra (grillos, caracoles) o como espectadora del jaleo de los adultos del hogar, como la tía Ale que se pinta el cabello en el fregadero al mismo tiempo que colabora para el exorcismo de la casa, la tía Nuria que limpia el oído de su niña mientras que intenta concentrarse en la elaboración del pastel y el abuelo que, indiferente a lo que sucede, le da terapia a sus pacientes en una oficina con muy poca privacidad. Conforme transcurre el día la tensión aumenta, no sólo porque la hora de la fiesta ha llegado, sino porque Sol no ha logrado ver a Tona, quien se encuentra en una de las habitaciones con su enfermera y cuyo estado de salud le impide interactuar con su hija, quien se desespera y comienza a hacer preguntas difíciles de responder.

La casa, el microcosmos donde convergen todos estos personajes, es a ratos uno más de ellos y le abre sus puertas de par en par al espectador al punto de hacerlo sentir que en verdad está dentro de ese lugar y, por ende, se vuelve testigo de la dinámica familiar y de cómo sus miembros lidian de forma colectiva e individual con el presente inmediato y el futuro que esperan que no llegue; esto es, la cuestión económica, las opciones de tratamientos que van desde lo tradicional hasta lo alternativo, entre otras cosas, haciéndolo de forma discreta enfrente de los niños.

Conforme van llegando más personas del clan, se nos revelan verdades que son incómodas y que podrían estrechar o hasta romper los lazos familiares añadiendo más tensión no sólo a la situación existente de la enfermedad de Tona, sino a la fiesta, que es una celebración de cumpleaños pero que también podría ser una despedida, por lo que las emociones están a flor de piel y puede brotar lo mejor o lo peor de estas personas.

Podría decirse que Tótem es una película coral, así que es importante hablar de las actuaciones del conjunto: Marisol Gasé es la tía Alejandra, principal instigadora del festejo, por lo que tiene una tarea difícil de realizar y de defender ante los demás; Montserrat Marañón (a quien muchos ubicarán por su papel en María de todos los ángeles) deja a un lado su vis cómica y nos presenta a una tía Nuria que intenta evadirse de la realidad a la vez que cuida de su hija pequeña; Mateo García Elizondo (dato curioso: es nieto de Gabriel García Márquez y Salvador Elizondo) nos muestra a un Tona que lucha por ponerse de pie pero, sobre todo, por ser un padre para Sol aún y cuando su vida se le escapa como arena entre los dedos, por lo que salir de su recámara es un esfuerzo sobrehumano.

Iazúa Larios (quien alternó con Tim Roth en Sundown de Michel Franco) es Lucía, una madre amorosa que intenta hacerle más llevadera la situación a su hija; Alberto Amador, quien como el abuelo manifiesta sus ideas aún y cuando no pueda expresarlas con claridad y Teresita Sánchez, quien interpreta a la enfermera Cruz, la única persona con paciencia y comprensión para atender no sólo a Tona sino a su hija.

Pero quien definitivamente acapara la atención puesto que el peso de la película recae la mayor parte del tiempo en sus hombros –esto debido a que la historia se cuenta a través de sus ojos-, es la pequeña Naíma Sentíes, quien nos muestra a una carismática Sol que es lo suficientemente inteligente y madura a su edad como para comprender que puede perder a su padre, aunque su edad e inocencia la hacen recurrir al pensamiento mágico para desear una cura para él, además de que su mirada tan expresiva es la que nos describe los estados de ánimo por los que transita durante el filme: el aburrimiento al deambular por esa casa sin hallar su lugar en medio de adultos ocupados, el no poder comprender el porqué su padre no sale a verla, la alegría de prepararle a éste una sorpresa junto con su madre y la incógnita que le genera lo qué sucederá una vez que la fiesta termine.

Diego Tenorio tiene a su cargo la fotografía de este filme y nos hace conocer cada resquicio de una casa que ya ha visto pasar sus mejores tiempos, pero que se vestirá de fiesta para recibir a los invitados y hace que varias de las imágenes y cuadros nos cuenten la historia. El guión, a cargo también de Lila Avilés, es muy sencillo y muy inteligente ya que podría irse por la vía fácil del melodrama; sin embargo, mantiene el equilibrio para hablarnos así sobre la vida, la muerte, el tiempo, la pérdida, el duelo y las crisis, todo ello mostrado siempre con la ternura y la sensibilidad requeridas y en su justa medida.

Se nos habla sobre las relaciones humanas, la imperfección de las personas y de las familias y del poder del amor filial que, por sobre todas las cosas, siempre levantará y sostendrá al más débil. A ratos el ritmo se vuelve lento debido a que los silencios también son usados para narrar la trama, sin que en ningún momento se pierda el interés, ya que hay ocasiones donde el caos que reina en ese hogar da lugar a situaciones que rompen con la seriedad.

Desde principios de 2023, Tótem ha ido cosechando reconocimientos en sus recorridos por diversos festivales cinematográficos, empezando por la Berlinale, donde se hizo acreedora al Premio del Jurado por lo que ha sido enviada a representar a México en la búsqueda de un lugar en la terna de nominaciones a Mejor Filme Extranjero en los Óscar 2024.

Es así como Tótem se ha ganado un puesto en las listas de las mejores películas de este año no sólo en nuestro país sino allende las fronteras, siendo una muestra de cómo un filme tan minimalista en su estructura retoma la esencia de una parte importante de nuestra cultura, que es el concepto de la vida y de la muerte conviviendo en una celebración con la salvedad de que el homenajeado aún está en este plano, sin saber por cuánto tiempo más se quedará.

Tótem. Lila Avilés. 2023. México/Dinamarca/Francia. Limerencia Films/Laterna Film/Paloma Productions.

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